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4 claves para evitar la dependencia emocional


La dependencia emocional es un concepto muy importante en el ámbito de la Psicología, ya que puede afectar mucho a nuestra calidad de vida y a las relaciones personales que establecemos. Por suerte, existen algunas maneras de evitarla, o de minimizar la probabilidad de que aparezca.

Pero antes de ver cómo podemos evitarla, es necesario clarificar qué es la dependencia emocional.

¿Qué es la dependencia emocional?

Debemos definir esa dependencia emocional como una adicción; es la incapacidad de cortar una relación cuando debemos hacerlo. Se da ante experiencias que pueden ser expresadas en: "no puedo ser yo, he abandonado mis amistades, aficiones".

En situaciones así nos preguntamos: ¿dónde he quedado yo? Pero aun así no podemos dejar la relación porque sentimos que "necesitamos" a la otra persona.

La dependencia emocional es esa necesidad que tenemos de estar con la otra persona aun estando muy mal. Tenemos adicción hacia la otra persona. "No te elijo, ni me aportas, te necesito".

Al considerar la dependencia como una adicción debemos tener en cuenta que existe un síndrome de abstinencia: por ejemplo, cuando intentamos dejar a nuestra pareja y sentimos una necesidad muy grande de volver a estar con esta persona.

¿Cuáles son los indicadores de la dependencia emocional?

Estas son las principales experiencias asociadas a la dependencia emocional:

  • Baja autoestima.
  • Dificultad para asumir responsabilidades.
  • Resulta casi imposible tomar decisiones.
  • Muy poca o nula asertividad.
  • Sentimientos de temor al rechazo.
  • Gran disposición para obedecer.
  • Nunca anteponen sus necesidades a las de los demás.
  • Mucha falta de confianza en sí mismos.
  • Sensación de vacío, necesitan a la otra persona para sentirse completos.
  • Muy baja tolerancia a la soledad.

Las personas con dependencia emocional pueden hacer cosas por sí mismas, pero necesitan el apoyo de su pareja o de otra persona para validar su autoeficacia.

¿Cómo podemos evitar la dependencia emocional?

A la hora de prevenir que se desarrollen esta clase de formas disfuncionales de crear vínculos con otras personas, ten en cuenta las siguientes pautas.

1. Tomar conciencia

Es importante ser consientes de que empezamos a tener un problema de dependencia emocional. “Tengo una adicción, tengo un problema”. Muchas veces decimos, "lo sé, veo que no funciona, pero no puedo dejarlo". Cuando esta toma de conciencia, ocurre lo mejor para evitar esta dependencia emocional es poner distancia con esa persona. No tener ningún contacto, ni físico ni telefónico o por redes sociales.

2. Fortalecer nuestra autoestima

Mejorando nuestra autoestima, contribuiremos mucho a no caer en la dependencia emocional. La autoestima, el sentimiento de cuán valioso/a soy, es clave en las relaciones. Mensajes que nos enviamos a nosotros mismos como “nadie me va a elegir”, “me quedaré solo” hacen que nos aferremos a alguien, aunque la relación no sea del todo buena para nosotros.

Protegerse de la dependencia emocional

Nuestra autoestima se forja entre los 4 y los 10 años, en nuestra infancia, y se encuentra en su punto más alto entre los 60 y los 70 años.

Para Nathaniel Branden, los 6 pilares de la autoestima son:

  • Vivir de forma consciente. Analizarnos, viendo qué podemos mejorar.
  • Aceptarnos. Conectar con nuestro niño interior, reconocernos, aprobarnos. Ser conscientes de nuestras carencias afectivas.
  • Responsabilizarnos. Una vez que nos hemos aceptado, debemos hacernos responsables de nuestra vida y no externalizar todo lo que nos ocurre.
  • Trabajar la asertividad. La capacidad para expresar y defender nuestros propios derechos sin hacer daño a los demás, pero sin olvidarnos de nuestro punto de vista. Aprender a decir “no”.
  • Vivir con un propósito. Saber a dónde vamos, qué queremos, con qué recursos contamos.
  • Vivir de forma íntegra. Promover la autoestima en los demás.

3. Priorizar nuestras necesidades

Al llevar tiempo sumergidos en una relación en la que nos hemos olvidado a nosotros mismos. Por ello, es importante evaluar nuestras necesidades y reflexionar sobre:

  • ¿Cuáles son mis valores?
  • ¿Cuáles son mis necesidades y preferencias?
  • ¿Qué aspectos son innegociables?
  • ¿Qué busco en una pareja?
  • ¿Cuáles son mis límites?

4. Desechar los mitos del amor romántico

Desde que somos pequeños se nos educa en diferentes mitos sobre el amor. En el cine, en la televisión, el amor es algo romántico que no entiende de autoestima ni de madurez. Frases como:

  • El amor todo lo puede.
  • El amor todo lo perdona.
  • Quien bien te quiere te hará llorar.
  • El verdadero amor duele.

Todos estos mitos hacen que cuando nos encontramos en una relación de dependencia emocional, en una relación que nos hace sufrir, sintamos que eso es amor.

Y la realidad es que el amor no duele, el amor no te hace llorar, te hace sonreír y el amor no puede con todo ni perdona todo. El amor es no tener garantías, ni un "para siempre", pero elegirnos cada día, primero a nosotros mismos y a nuestro/a compañero/a.