Coprolalia: el impulso irrefrenable de decir obscenidades
Cuando hablamos sobre la racionalidad de los seres humanos, es frecuente que pensemos en nuestra capacidad para utilizar el lenguaje, razonar a través de él y formular argumentos lógicos mediante su uso. Sin embargo, el lenguaje no está totalmente aislado de la vertiente irracional del funcionamiento del cerebro.
Un fenómeno llamado coprolalia nos muestra que, cuando se producen algunos cambios en nuestro sistema nervioso, se revela el componente involuntario y automático en el que se basan funciones cognitivas como el uso del lenguaje.
¿Qué es la coprolalia?
Etimológicamente, el origen del término coprolalia es la unión de dos palabras griegas que significan "heces", y "balbucear". La coprolalia o cacolalia es la tendencia a decir palabras y frases obscenas de manera impulsiva, sin tener control sobre ello, de manera sostenida en el tiempo. Normalmente, estas palabrotas y frases malsonantes son pronunciadas en voz más altas de lo normal, como si se tratase de explosiones de rabia, y cada vez que se hace esto puede aparecer un sentimiento de culpa.
El motivo de esto es que la coprolalia es una tendencia patológica relacionada con un tipo de deshinibición. Lo que no puede inhibirse en los casos de coprolalia tiene que ver, justamente, con palabras y expresiones que no son aceptadas socialmente o que están vinculadas a comportamientos agresivos. Las personas con esta tendencia pueden, por ejemplo, insultar a alguien e inmediatamente después mostrar su arrepentimiento.
Detrás de la coprolalia existe un patrón de pensamiento muy estereotipado y que se repite muchas veces: la atención es atraída hacia pensamientos que tienen que ver con ideas tabúes o desagradables, y luego estas ideas son expresadas verbalmente de forma inmediata, como si fuese algo irresistible, y de manera involuntaria.
Las verbalizaciones escatológicas en la coprolalia
La coprolalia es una tendencia patológica basada en impulsos hacia las verbalizaciones escatológicas, pero también hacia los comentarios despectivos, las palabras malsonantes en general y las ideas que son un tabú. Estas verbalizaciones pueden ser palabras sueltas o pueden ser frases más o menos complejas.
Por ejemplo, es frecuente que en casos de coprolalia se digan muchas palabras referidas a los genitales o los actos sexuales, y también pueden aparecer insultos a personas que pueden o no estar cerca en ese momento.
La coprolalia en el Síndrome de Tourette
La coprolalia es uno de los síntomas más asociados al Síndrome de Tourette, un trastorno hereditario en el que la persona reproduce muchos tics verbales y motores de manera involuntaria. Las verbalizaciones desagradables son uno de los componentes repetitivos e involuntarios de estos tics, y la coprolalia es uno de los síntomas que puede generar mayor rechazo social.
A pesar de que menos de la mitad de las personas afectadas por el Síndrome de Tourette presentan coprolalia, al ser uno de los síntomas más llamativos se ha asociado culturalmente a este, como si fuese un componente esencial e indesligable del síndrome. A este respecto, es muy conocido en Latinoamérica el caso del niño chileno Agustín Arenas, "Súper Taldo", cuyas verbalizaciones y tics se volvieron virales en la década de los 90.
Otro fenómeno parecidos a la coprolalia y que también están asociados al Síndrome de Tourette es la copropraxia, la tendencia a realizar de manera involuntaria e impulsiva gestos obscenos e inapropiados.
Causas de la coprolalia
Actualmente se desconoce cuál es exactamente la causa biológica de la coprolalia, es decir, las anomalías físicas y químicas en la estructura y funcionamiento del cerebro que hacen que aparezcan estas verbalizaciones. Sin embargo, se asume que la coprolalia está producida por las mismas anomalías en el funcionamiento de los mecanismos de inhibición que hacen que aparezcan tics involuntarios en las personas con Síndrome de Tourette.
Es decir, que hipotéticamente las personas que presentan coprolalia no pueden reprimir los pensamientos relacionados con las obscenidades, y tienen que ir expresándolos en voz alta como si manejasen una válvula de escape que impide que un gran malestar se acumule a medida que se van inhibiendo estas ideas.
Estrategias de afrontamiento
No se conoce ninguna forma de tratamiento que garantice la desaparición total de los signos de la coprolalia, y es por eso que el mejor modo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas que la experimentan tiene que pasar por enseñarles estrategias de afrontamiento. Es decir, maneras de gestionar lo mejor posible la presencia de la coprolalia.
Estas estrategias de afrontamiento suelen estar relacionadas con buscar maneras de amortiguar las verbalizaciones obscenas, por ejemplo pronunciando sólo las primeras letras de la palabra que se va a decir o musitándola entre dientes. Sin embargo, en algunos casos estas estrategias no resultarán eficaces, ya que es muy difícil predecir cuándo se van a pronunciar esas palabras.
Más allá de estos métodos, una forma de tratamiento muy invasivo que puede reducir la intensidad con la que se expresa la coprolalia es el uso de toxina botulínica (botox) cerca de las cuerdas vocales, paralizándolas en parte y haciendo que baje el volumen e intensidad de estos arrebatos.