Criptomnesia: cuando tu cerebro se plagia a sí mismo
Es bastante común creer que los aspectos emocionales de las personas son inconscientes y que, por el contrario, el mundo de la cognición es de naturaleza consciente. Sin embargo, lo cierto es que tampoco los procesos cognitivos tales como la toma de decisiones y la recuperación de recuerdos escapan a la lógica de lo inconsciente.
La criptomnesia es una prueba de ello.
¿Qué es la criptomnesia? Empezando con un ejemplo
Es posible que en alguno de esos intervalos de tiempo muerto de los que el día a día está plagado te haya venido a la mente, sin apenas pretenderlo, una melodía pegadiza que, tras los primeros segundos, hayas ido desarrollando hasta componer en tu imaginación algo que se parece mucho a una pieza musical completa, lista para ser comercializada.
Estos casos son muy frustrantes para la gente que no sabe cómo plasmar la música en pentagramas y ni siquiera tiene a mano los medios necesarios para registrar el sonido de la nueva composición. Sin embargo, estas mismas personas tienen motivos para el optimismo. Se ahorran tener que enterarse, más tarde, de que lo que parecía una melodía original es en realidad una versión sobrecargada e innecesariamente larga de la musiquilla que suena en un anuncio de champú.
Desde luego, este tipo de experiencias son difíciles de explicar para alguien que crea que nuestra propia memoria no tiene ningún secreto para nosotros porque, al ser súbdita de las órdenes de nuestra consciencia, no puede regirse por normas demasiado caprichosas o ajenas a nuestra voluntad. Si eres una de estas personas, posiblemente te interese leer acerca de la criptomnesia, o memoria oculta.
Recuerdos falsamente anclados en la memoria
El ejemplo de las melodías musicales que acabas de leer está íntimamente conectado con los casos de plagio involuntario que han llegado a estar plasmados en todo tipo de álbumes y vinilos y de los que no se escapan ni algunos célebres grupos de rock. Del mismo modo, ciertas “evidencias” sobre recuerdos acerca de vidas pasadas no son ni siquiera engaños inteligentemente urdidos por un grupo de personas con ansias de protagonismo, sino situaciones en las que personas que teóricamente no saben cierta información pasada sí han accedido previamente a esta información, aunque no lo recuerden y por lo tanto sean totalmente sinceras sobre sus creencias.
En todos estos sucesos se cumple una norma: hay recuerdos que han sido aparentemente olvidados para reaparecer confundidos con el tiempo presente.
Todos estos casos y anécdotas son ejemplos en los que se da un fenómeno que llamamos criptomnesia o, lo que es lo mismo, memoria oculta. En resumidas cuentas, la criptomnesia en un proceso psicológico por el cual se recuperan recuerdos como si fuesen experiencias originales vividas por primera vez y que aparentemente han sido fraguadas directamente en el pensamiento de la persona que lo experimenta. Esta información recuperada es en realidad la que corresponde a un recuerdo que se había olvidado, aunque no del todo.
Muy por encima, puede entenderse la criptomnesia como lo contrario de lo que se experimenta durante un Déjà vu. Si en este último se vive una experiencia nueva como si fuera un recuerdo olvidado hasta ese momento, en la criptomnesia hay un recuerdo real que pasa inadvertido a los procesos mentales conscientes durante un tiempo hasta que vuelve a manifestarse como una vivencia nueva.
No todo es plagiar sin más
Lo explicado hasta ahora puede dar la falsa sensación de que la criptomnesia se da en los casos en los que se plagia a otras personas sin querer, como si los recuerdos que pasan por ese falso olvido tuvieran que hacer referencia a las ideas de otros o a las experiencias ligadas al mundo exterior.
Lo cierto es que entre las formas en las que se expresa la memoria oculta también puede darse el autoplagio. Una idea o pensamiento propio es perfectamente susceptible a pasar bajo el manto de la criptomnesia, aunque seguramente estos casos no estarán tan mal vistos como los anteriores.
La criptomnesia vista desde el laboratorio
A pesar de que la memoria oculta tiene su materia prima en la gran variedad de experiencias a las que estamos sometidos en nuestro día a día, también es posible estudiar la criptomnesia en un ambiente mucho más simple y aséptico: el laboratorio de experimentación. Estas investigaciones suelen involucrar grupos de voluntarios que emiten posibles respuestas ante una cuestión que les es planteada.
En una segunda fase, los voluntarios tienen que recordar si ciertas aportaciones son de su autoría o no. En este contexto se ha visto que la criptomnesia es relativamente frecuente, y no es raro que muchos individuos lleguen a estar convencidos de que las ideas que otros han emitido unos minutos atrás son suyas. Incluso se ha visto que el estado emocional de las personas puede influir en la frecuencia con la que se dan estos plagios inconscientes.
De modo que, la próxima vez que te creas con poder sobre los procesos que rigen tu memoria, recuerda que tanto la memoria como la ilusión de controlarla conscientemente corren a cargo de lo desconocido: tus procesos psicológicos ocultos.
Referencias bibliográficas:
- Brédart, S., Lampinen, J. M. y Defeldre, A. C. (2003). Phenomenal characteristics of cryptomnesia. Memory, 11(1), pp. 1 - 11.
- Gingerich, A. C. y Dodson, C. S. (2012). Sad mood reduces inadvertent plagiarism: Effects of affective state on source monitoring in cryptomnesia. Motivation and Emotion, 37(2), pp. 355 - 371.