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Las 4 claves de la comunicación asertiva en las empresas


Quienes llevan un tiempo teniendo una vida laboral activa saben que no todo lo que ocurre en una empresa tiene que ver con el trabajo puro y duro de cada uno de los individuos que componen la organización, la creación del trabajo o el servicio que se ofrece a los clientes y consumidores.

El elemento comunicativo es fundamental para explicar el éxito (o la falta de este) en las empresas, y es por eso que comprender cómo fluye la información resulta muy importante.

En este artículo nos vamos a centrar en cómo la comunicación asertiva influye en las organizaciones, y qué estrategias pueden ser usadas para promoverla.

¿En qué consiste la asertividad?

Empecemos definiendo el término “asertividad”, aunque sea brevemente y a modo de resumen. La asertividad es el conjunto de habilidades y predisposiciones psicológicas que nos permite comunicar aquello que creemos importante comunicar incluso si notamos que eso puede dar lugar a ciertos conflictos o generar situaciones desagradables, aunque teniendo en cuenta los sentimientos, creencias e intereses de los interlocutores.

Así, las personas asertivas logran expresarse defendiendo su propio de vista, valores e intereses, pero respetando también los de los demás, y sin dejar que el miedo a “romper el protocolo” o darle un giro al tono de la conversación las paralice.

Por otro lado, la asertividad tiene una dimensión individual y otra dimensión social. La dimensión individual es aquella que está relacionada con la personalidad y los patrones de comportamiento de cada individuo, y la dimensión social es la que tiene que ver con las dinámicas de comunicación que imperan en la cultura de determinada sociedad, colectivo u organización. Esto implica que desde el mundo de las organizaciones es posible realizar cambios para facilitar que las personas sean asertivas, lo cual beneficia el intercambio de información de varias maneras, haciendo que todo sea más fluido y dependa menos de los protocolos.

¿Cuáles son las ventajas de la asertividad en el mundo de la empresa?

Tal y como hemos mencionado, la asertividad potencia el buen funcionamiento de los flujos de comunicación en las organizaciones. Este hecho da lugar a diversas ramificaciones de efectos positivos para las empresas, que a continuación eremos con algo más de detalle.

Veamos cuáles son los principales puntos positivos de promover la asertividad en las organizaciones.

1. Facilita que los problemas sean detectados e intervenidos a tiempo

Allí donde apenas hay asertividad, lo normal es que los miembros de un equipo o departamento sigan trabajando incluso sabiendo que hay un error en su manera de organización y de reparto de las tareas. Sin embargo, si se promueve la asertividad, es mucho más probable que alguien alce la voz y comunique lo que ha observado acerca de lo que funciona mal, incluso si técnicamente eso no forma parte de su trabajo.

2. Genera un clima organizacional más amable con los trabajadores

La asertividad refleja la filosofía de la empresa u organización en la que interactúan las y los trabajadores. Ver que forma parte del modelo de comunicación “por defecto” muestra que la entidad basa su funcionamiento en el hecho de expresarse con espontaneidad, sin contar siempre con las limitaciones y la rigidez de los cargos y del organigrama.

3. Previene la aparición de conflictos

Puede parecer contraintuitivo, pero en realidad tiene todo el sentido del mundo. Gracias a la asertividad, las cosas son comunicadas en el punto en el que deben ser comunicadas, evitando que los problemas se acumulen y afecten negativamente a más personas y con mayor intensidad. Además, al hacerlo adaptándose al interlocutor, se establece una manera de enfocar el problema que da lugar a una mentalidad constructiva, y no de luchas por el poder ni de reproches.

Asertividad en el trabajo

4 claves para potenciar la asertividad en las empresas

Estas son varias de las ideas claves desde las que se suele partir para promover la asertividad en los contextos organizacionales.

1. Premiar el “pensar fuera de la caja”

Esto hará que el hecho de hablar sobre aquello que no forma parte estrictamente de las tareas asignadas diariamente pueda ser recompensado, sobre todo si aporta un valor claro. Si no es así, puede ser que se establezca un clima de trabajo en el que ese tipo de comportamientos sean vistos como una excentricidad a evitar.

2. No descuidar las relaciones informales

Los trabajadores y los miembros de la empresa no son robots; en muchos casos, la información más importante es comunicada a través de canales de comunicación informal, que van más allá de los protocolos y del organigrama.

Conocer estos flujos de información es importante para saber adaptar los mensajes a la hora de comunicarlos, y para conocer la cultura de una organización. De este modo, el flujo de información emitido por la empresa no será visto como “encorsetado” y o aparecerá el recelo a la hora de hablar más allá del propio rol como profesional.

3. Poner el foco en el componente humano del trabajo

Será más fácil que exista una comunicación asertiva si los colegas de trabajo no son vistos como simples avatares que llevan a cabo una tarea de producción, sino como personas con sus propios intereses, valores y emociones. De este modo, las cosas importantes serán comunicadas a la vez que el mensaje es adaptado para que no dé lugares a malentendidos o conflictos evitables.

Hay varias maneras de potenciar esto, entre ellas hay varias dinámicas de grupo, ejercicios de mejora de habilidades sociales, estrategias de negociación, arbitraje, gestión de los impulsos, etc.

4. Dar ejemplo

Finalmente, no hay que olvidar que comportarse de acuerdo a una serie de valores y principios de organización de trabajo es mucho más potente e inspirador que limitarse a poner todo eso por escrito en los manuales de protocolo y trabajo. Por eso, los cargos medios y los directivos deben reflejar ese ideal de comunicación asertiva haciendo notar sus dotes de liderazgo.