Cómo terminar una relación a distancia haciendo el mínimo daño posible
Las relaciones de pareja pueden ser algo maravilloso, pero no son fáciles. Y es que exigen de un elevado nivel de interés mutuo, compromiso, flexibilidad, intimidad, comunicación y capacidad de negociación entre otros muchos factores, sin contar con las particularidades de cada uno de sus componentes, el contexto y de la relación en sí. Entre estas últimas nos podemos encontrar con relaciones en que sus miembros deben permanecer separados un largo tiempo, sea porque viven a gran distancia o que por diversos motivos exigen que uno de los componentes tenga que marcharse a otro lugar.
Mantener una relación sana y saludable en estas circunstancias supone un gran desafío y exige un gran esfuerzo por ambas partes, y en ocasiones puede no salir bien y generar sufrimiento a uno o ambos miembros de la pareja, algo que puede llegar a provocar que sea necesario terminar con una relación. Y es algo que hay hablar, pero... ¿cómo terminar una relación a distancia generando el mínimo daño posible a ambas partes? A lo largo de este artículo vamos a intentar reflexionar respecto a esta pregunta.
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Cómo terminar una relación a distancia: Diferentes aspectos a tener en cuenta
A la hora de romper con alguien, sea o no una relación a distancia, son múltiples los diferentes elementos a tener en cuenta. Cómo, cuándo, dónde, cómo va a reaccionar...
En este caso vamos a haber diferentes pasos o aspectos a valorar a la hora de poner fin a una relación a distancia. Eso sí, hay que tener en cuenta que estamos hablando de una ruptura genérica, pudiendo variar muchos de estos elementos en función de cada caso.
1. Asegúrate de que es lo que quieres
El primer paso para terminar una relación a distancia es, principalmente, estar seguro de que es lo que realmente queremos. Una relación a distancia es muy complicada de llevar a cabo, pero también es posible que pese a las dificultades merezca la pena.
También es posible que estemos ante una crisis o que pensemos las cosas movidos por el dolor o la rabia. No estaría de más hablar con nuestro compañero o compañera sentimental de cómo nos sentimos y intentar comprobar que lo que nos pasa no sea simplemente un problema de falta de comunicación. Es necesario valorar pros y contras de la relación y la existencia o inexistencia de determinados sentimientos de manera fría y con la máxima objetividad posible.
2. Habla con alguien
Las dudas respecto a qué hacer y cómo hacerlo son muy frecuentes a la hora de terminar una relación. Si bien no debemos dejar que nuestra decisión esté influida por lo que opinen otros resulta recomendable hablar con alguien del tema con tal de desahogarnos y obtener otros puntos de vista, especialmente si es alguien que no nos trate de imponer su opinión y valore nuestros puntos de vista.
3. Toma la decisión
Una vez valorados pros y contras, llega el momento de tomar la decisión. El hecho de hacer la valoración previa es indicativa y nos puede servir, pero lo cierto es que en muchos casos ya tenemos la decisión tomada de antemano. Ello no quiere decir que el anterior paso sea inútil, ya que nos puede permitir intentar objetivar la situación.
4. No hagas que lo haga por ti
En novelas, libros, películas o incluso en la vida real hemos visto cómo en muchas ocasiones las personas que quieren dejar su relación de pareja empiezan a mantener conductas que poco a poco deterioran y destruyen la relación con el propósito de hacer que sea la otra persona quien decida dejarlo.
A menudo esto es visto como una manera de no quedar como “el/la malo/a” o incluso como una manera de hacer que la otra persona sufra menos cuando acabéis. Sin embargo, en el fondo lo único que hace este tipo de manipulaciones es generar un sufrimiento que puede llegar a prolongarse un largo tiempo, e incluso que pese a ello la otra persona no de el paso de cesar la relación.
Si somos nosotros quienes queremos dejar la relación, más valo hablarlo directamente con la persona y asumir las propias elecciones y responsabilidades. Aunque pueda no parecerlo, provocará menor cantidad de dolor emocional y se posibilita que el cese de la relación pueda ser vivido de manera más positiva.
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5. Planifica la situación
No podemos preveer todo lo que puede ocurrir, pero romper con alguien es una situación delicada que no puede dejarse a la mera improvisación. Es recomendable tener en cuenta el momento y lugar, como llevar a cabo la ruptura y los temas concretos que se van a utilizar. No me refiero a memorizar un discurso, sino de tener en cuenta de antemano lo que se quiere hablar.
6. Introduce el tema con delicadeza
Terminar una relación es un momento crucial y doloroso para los dos miembros de una pareja. No es recomendable soltarlo a bocajarro, sino que puede ser de utilidad ir introduciendo poco a poco el tema. Por ejemplo, se puede mencionar al otro que debemos hablar de un tema importante. Se trata de preparar el terreno.
Es probable que la otra persona pueda imaginar de qué se trata, pero aunque inicialmente puede parecer algo doloroso es mejor que soltarlo de golpe. Tras ello podemos ir introduciendo que la relación ha sido importante para nosotros pero que mantenerla a distancia se ha vuelto insostenible.
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7. Habladlo en persona
Si bien estamos ante el cese de una relación a distancia, el hecho de romper amerita si es posible que la conversación se de cara a cara. Ciertamente, es más sencillo dejarlo por un chat o por escrito, pero la otra persona puede sentir el momento como frío y verse poco valorado. Además, el contacto cara a cara facilita una mejor expresión y comprensión de la situación y permite que la comunicación sea más fluida y clara. En la medida de lo posible sería recomendable hacerlo en persona.
En caso de que fuera totalmente imposible, una videollamada podría ser la siguiente opción más recomendable. Tras ello estaría la conversación telefónica en vivo. Debería evitarse dejar mensajes de texto o el dejar un mensaje en el contestador, puesto que no dan opción a réplica.
8. La ruptura, en privado
Es importante que la conversación se de en un lugar en que ambos podáis estar cómodos, sin que nadie interrumpa y de tal manera que la persona dejada no quede en ridículo ni avergonzada. Tampoco es necesario hacerlo en casa: podemos llevar a la persona a un lugar en que romper no vaya a suponer un acto avergonzante para él o ella.
No es apropiado hacerlo en público o en medio de una reunión social. La única excepción sería si se espera una reacción violenta.
9. Mantén la calma y sé claro con lo que quieres
La conversación puede llegar a ser bastante tensa y dolorosa para ambas partes. No sería raro que la otra persona reaccionara con tristeza, duda, preocupación o incluso con cierta indefensión o incluso con rabia e indignación. Debemos mantener la calma y adoptar una actitud empática, pero ser claros y firmes con nuestros propósitos si lo que realmente queremos es dejar la relación.
10. No culpabilices
Un error sorprendentemente frecuente en cualquier ruptura, y especialmente en una en la que existe distancia de por medio, es la de culpabilizar al otro de la situación que ha generado la ruptura. El hecho de que poco a poco haya más distanciamiento, que os hableis menos o que os sintais solos es algo que no es culpa de nadie en concreto, o más bien de lo que ambas partes tienen parte de culpa al no saber comunicarse correctamente.
Atribuirsela al otro es una manera de autojustificarse y no afrontar la propia decisión. La excepción la podemos encontrar en situaciones en las que la otra persona haya cometido alguna traición hacia la relación que hubierais mantenido, como por ejemplo una infidelidad.
11. Deja que exprese su punto de vista
Las relaciones son cosa de dos. Si bien puede que hayas tomado la decisión de que la relación debe concluir, no sería justo limitarse a desaparecer sin más. El otro ha formado parte de tu vida, una parte que debemos valorar y reconocer como lo que es y a la que debemos dar la debida importancia. La otra persona debe tener la oportunidad de expresar lo que siente al respecto y dar su opinión al respecto, aunque pueda no concordar con la nuestra. Ello facilita que, si bien la relación acabe, no lo haga con un profundo rencor o sensación de ser poco valorado/a.
12. Distánciate
Tal vez el paso más difícil de todos. Una vez ya hemos roto, es normal que inicialmente surjan las dudas sobre cómo estará la otra persona o que empecemos a echar de menos aspectos positivos de la relación. Por ejemplo, las conversaciones por WhatsApp o el mensaje de buenos días y buenas noches que probablemente os mandábais.
También es probable que quieras que aunque la relación de pareja haya terminado, esa persona siga formando parte de tu vida e incluso mantener una relación de amistad con ella. Incluso es posible que en algunos casos se plantee la posibilidad de mantener una puerta abierta a volver en un futuro.
Sin embargo, no es sano que continúe habiendo el mismo nivel de contacto que antes hasta que no se haya superado la etapa de duelo. Ello generará dolor en la persona que ha sido dejada y una posible confusión respecto a tus intenciones (¿quiere volver?, ¿hacerme daño?, ¿debo esperar?, etc.).
De hecho resulta recomendable distanciarse, de tal manera que tanto tu ahora ex-pareja como tú podais adaptaros al hecho de no ser ya pareja, rehacer vuestras vidas y volver a ver al otro como una persona con la que poder (o no) mantener un contacto cordial. No se trata de no volver a hablar jamás (al menos que así se quiera), sino de dar tiempo a que se cierre el proceso de superación de la ruptura.