Mindfulness: así ayuda a los pacientes de cáncer
Ante el diagnóstico del cáncer afloran sentimientos muy diversos como tristeza, miedo, rabia, impotencia, o injusticia. Cuando se conoce el padecimiento de esta enfermedad, la mayoría de las personas se acompañan de sus familiares, amigos y personas más allegadas, ya sea más tarde o más temprano.
Sin embargo, ¿muestran realmente lo que sienten cuando hablan con ellos? ¿se dejan invadir por la emoción cuando ésta llama a su puerta? La respuesta en la mayoría de los casos es ''no''.
Si bien es cierto que en algunas personas dejan fluir sus emociones, ya sean de tristeza, rabia o injusticia, en la mayoría de los casos las personas hacen esfuerzos inútiles por mostrarse bien ante los demás. De hecho, en muchas ocasiones pueden llegar a experimentar lo que se conoce como Trastorno de Evitación Experiencial, manifestado por la evitación de todo lo relacionado con la enfermedad. Esta evitación refleja una falta de aceptación de la enfermedad.
Todos estos esfuerzos por dejar a un lado el malestar son en vano, la persona termina viéndose en una espiral de pensamientos que se esquivan con actividades cotidianas y que, más allá de promover un estado de ánimo alto, la intensidad del malestar aumenta. De esta manera se ve perjudicado tanto el bienestar como la calidad de vida de la persona.
¿Qué es el Mindfulness y cómo ayuda a pacientes de cáncer?
Desde la psicología se trabajan estos aspectos a través de diferentes técnicas y terapias. En los últimos años, el Mindfulness ha demostrado ser eficaz en el trabajo de algunas problemáticas relevantes durante el cáncer:
- Facilita la modulación del dolor
- Mejora la calidad del sueño
- Reduce el estrés y la ansiedad
- Mejora la satisfacción personal
- Mejora la calidad de vida
El Mindfulness es una práctica procedente de la meditación budista tibetana y, en la actualidad, se enmarca dentro de la Terapia de Aceptación y Compromiso. Su objetivo es ser conscientes de cada sensación física y psicológica que nos remita nuestro cuerpo. Sin embargo, la finalidad del Mindfulness no es eliminar el dolor ni los pensamientos o emociones que nos crean malestar, sino oír lo que tienen que decir sin juzgarlos, prestándoles la atención que necesitan.
Esto es así porque nuestro cuerpo nos habla constantemente, cada dolor, pensamiento, emoción o dolor que tenemos es un mensaje de nuestro cuerpo. Cuando día tras día nos empeñamos en no oírlo, éste nos acecha cuando menos lo esperamos y con una intensidad mayor, ya que no estamos escuchando lo que tiene que decirnos. Mindfulness facilita la aceptación, comprensión y regulación de dichas emociones, pensamientos o sensaciones físicas.
Pilares básicos de esta filosofía terapéutica
Existen varios tipos de Mindfulness y multitud de actividades para poner en práctica la conciencia plena, pero se debe tener en cuenta que lo más importante es la actitud que se toma a la hora de realizar estos ejercicios.
Shapiro y Carlson señalaron siete factores a tener en cuenta para la práctica:
- No juzgar: tomar conciencia de todas las experiencias, tanto internas como externas, sin limitarlas.
- Ser pacientes: estar abierto a descubrir lo que nuestro cuerpo tiene que mostrarnos sin necesidad de presionarlo.
- Tener confianza: confiar en la información que nos otorgan nuestros sentidos sin la intención de hacernos daño.
- No luchar: no intentar evitar emociones, pensamientos ni sensaciones físicas.
- Dejar ir: todos los pensamientos y emociones van y vienen. En ocasiones tenemos la necesidad de permanecer en un estado de bienestar. Sin embargo, Mindfulness pretende prestar atención a cada momento, siendo conscientes plenamente de lo que sucede, así como de los cambios que se producen.
- Mentalidad del principiante: si queremos realizar adecuadamente los ejercicios de Mindfulness, debemos colocarnos en una posición inexperta, semejante a la de un bebé. Los bebés descubren poco a poco su mundo, lo miran y escuchan atentamente, lo palpan, lo chupetean e, incluso, hasta lo huelen. Mindfulness pretende colocarte en una posición similar, donde tu inexperiencia te permita percibir con todos los sentidos cada experiencia antes de categorizarla.
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