Cuerpos de Nissl: anatomía, características y funciones
La investigación y exploración del cerebro humano y las estructuras que forman parte de él han sido constantes desde la antigüedad. La neurona como unidad básica del sistema nervioso ha sido especialmente investigada, empleando estrategias como el uso de diferentes tinciones para observar su estructura.
El neurólogo alemán Franz Nissl elaboró una tinción basado en colorantes como azul de toluidina o el violeta de cresilo, y ante su aplicación pudo observar como ésta sustancia mostraba claramente la existencia de diferentes estructuras en el citoplasma neuronal. Se habían descubierto lo que hoy en día conocemos como corpúsculos o cuerpos de Nissl.
Los cuerpos de Nissl: ¿qué son?
Los cuerpos de Nissl o ergastoplasma son unas pequeñas estructuras en forma de corpúsculos o gránulos presentes en las neuronas del sistema nervioso. Estas estructuras se encuentran en el citoplasma de la célula, y se encuentran localizadas en partes concretas de la neurona. Pueden hallarse especialmente en el soma o núcleo de la neurona y también en las dendritas, no encontrándose en el axón neuronal.
Los cuerpos de Nissl se consideran cúmulos de retículo endoplasmático rugoso. Dicho de otro modo, se trata de estructuras formadas por cisternas paralelas con ribosomas (estructuras enzimáticas hechas de ARN ribosómico) adheridos en espiral, en las que además las que también pueden verse polirribosomas libres. Estos cuerpos solo aparecen en células eucariotas, es decir aquellas que tienen núcleo como las neuronas, y tienen como función la secreción de proteínas.
También se trata de estructuras basófilas, caracterizadas por la afinidad y la facilidad de tinción por parte de colorantes. En estas estructuras existe una elevada concentración de ARN tanto ribosómico como mensajero, estando los ribosomas activos unidos a este último.
Pueden tener diferentes tamaños y presentarse en diferente cantidad según el tipo de neurona. Los que forman parte de los ganglios del sistema nervioso autónomo tienden a ser de pequeño tamaño, mientras que otras neuronas de gran tamaño suelen gozar de cuerpos de Nissl mayores.
- Quizás te interese: "Diferencias entre ADN y ARN"
Función de estas estructuras
Los cuerpos de Nissl, como conglomerados de retículo endoplasmático rugoso en el que se observan ribosomas y en el que puede encontrarse ARN tanto ribosómico como mensajera, tienen como principal función la síntesis y el transporte de proteínas en el interior de la célula. Concretamente, la parte de los cuerpos de Nissl que más actuación tienen a la hora de generar proteínas a utilizar en el interior de la célula son los polirribosomas libres.
Las proteínas secretadas por estos cuerpos son fundamentales de cara a transmitir los impulsos nerviosos entre neuronas, así como participar en la generación de los neurotransmisores.
Además de ello, el cuerpo de Nissl tiene un importante papel a la hora de mantener la salud de la célula, al permitir la regeneración de las estructuras dañadas por la propia actividad de la neurona o bien por factores externos.
La cromatolisis como defensa al daño neuronal
Los cuerpos de Nissl pueden ser dañados por posibles lesiones o patologías. Daños neuronales como los provocados por traumatismos y enfermedades pueden generar un daños en el axón.
La presencia de daños en el axón provoca que la neurona reaccione hinchándose y desplazando el núcleo para alejarlo de la lesión. También actúa dando una respuesta denominada cromatolisis, en la que los cuerpos de Nissl se desplazan del citoplasma neuronal a la zona lesionada con tal de repararla. Se permite la reorganización y regeneración del axón, de manera que se recupera la funcionalidad de la neurona, pero mientras esto ocurre los cuerpos de Nissl se disuelven. Afortunadamente, si se consigue la recuperación de la neurona la cromatolisis cesa y el citoplasma puede llegar a recuperar y formar nuevos cuerpos.
Esta reacción puede aparecer como hemos dicho ante lesiones causadas por traumatismos, pero también se han observado en diversos trastornos. Es común observar su aparición en procesos neurodegenerativos tales como la demencia por enfermedad de Pick o el Alzheimer (de hecho, los cambios en el citoplasma que provocan este suceso suele considerarse como muestra de degeneración neuronal, con lo que su ocurrencia puede ser un posible signo de peligro), en la encefalopatía de Wernicke del síndrome de Wernicke-Korsakoff, enfermedades como la porfiria o algunas enfermedades infecciosas. También puede observarse en el envejecimiento normativo o ante situación de gran estrés continuado para el individuo.
Referencias bibliográficas:
- Gómez, M. (2012). Psicobiología. Manual CEDE de Preparación PIR.12. CEDE: Madrid-
- Ramón y Cajal, S. (2007). Histología del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados. Tomo i. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid.