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15 Ejemplos de
Tragicomedia

Dentro de la dramaturgia, se denomina tragicomedia a las obras teatrales en las que se intercalan episodios cómicos y dramáticos, aunque son piezas esencialmente realistas. El término también se aplica al cine y a la literatura. Por ejemplo: La Celestina.

Su origen se remonta a la cultura grecorromana y, desde entonces, ha evolucionado, conservando algunos rasgos fundamentales.

Características de la tragicomedia

Las características principales de este género son:

  • Protagonista. La historia sigue la trayectoria de un héroe tragicómico, quien debe superar una serie de obstáculos para alcanzar un objetivo, que tiene que ver con el amor, la justicia, la ambición, el poder, entre otros.
  • Personajes secundarios. La trama incluye otros personajes que aportan tintes cómicos o dramáticos, y que pretenden transmitir esa ambigüedad propia de la vida del ser humano. Los personajes arquetípicos que acompañan al héroe son: su amigo fiel y compañero de aventuras (generalmente, un personaje humorístico), el antagonista (que suele ser también un galán), el sabio, la dama, los criados.
  • Tema. El tema, generalmente, narra el camino del héroe, en el que afronta obstáculos para alcanzar un fin que puede ser político, social o sentimental. Si estos obstáculos son superados, se transforman en pruebas que lo acercan a su objetivo que se alcanza al final de la obra. En algunos casos, estos obstáculos alejan al héroe de su meta y la obra concluye de manera trágica.
  • Fuerzas externas. Otros elementos, además del antagonista, pueden conspirar contra la concreción del objetivo por parte del héroe. Se trata de fuerzas abstractas como el destino, el azar o la suerte, elementos de la naturaleza, entre otros.
  • Contradicciones. Los personajes enfrentan dilemas morales que hacen evidentes las contradicciones del ser humano. Se hace énfasis en el contraste entre la razón y los sentimientos, por ejemplo.
  • Sátira y sarcasmo. Los elementos humorísticos introducen en la historia un sentido crítico respecto de problemáticas sociales como la pobreza, la discriminación, entre otros. Por eso, en muchos casos los episodios de humor se construyen en base a la sátira y a comentarios sarcásticos.

Evolución del género

La tragicomedia surgió en la antigüedad, pero evolucionó desde entonces y aun hoy está vigente.

  • Antigua Grecia. En esta época, la tragicomedia solía tratar un tema legendario, vinculado a los mitos tradicionales. Los efectos cómicos eran introducidos por el coro. Aristóteles fue quien por primera vez describió las características del género, desde el punto de vista teórico.
  • Antigua Roma. En esta etapa, el comediógrafo latino Plauto fue el primero en utilizar el término tragicomedia, de acuerdo a los registros escritos, haciendo énfasis en la alternancia entre drama y comedia que permite este género. Así lo dejó asentado en el prólogo de su pieza teatral Amphitryon. En la cultura grecorromana, las tragicomedias se diferenciaban de las tragedias, especialmente, porque tenían un final feliz.
  • Renacimiento. En este período, los dramaturgos italianos retomaron y conservaron las características clásicas del género, con leves variaciones. Se trataba de obras de tono serio que incluían, a veces, momentos divertidos y cuyo final no incluía la muerte del héroe, gracias a giros repentinos de la historia.
  • Siglo de Oro español. En esta etapa, el principal exponente de la dramaturgia española que recuperó el género fue Lope de Vega, quien propuso romper con las estructuras impuestas por Aristóteles. En su tratado llamado El arte nuevo de hacer comedias, introduce el interés por la crítica social para que la obra transmitiera un mensaje a los espectadores.
  • Barroco europeo. A comienzos del siglo XVII, en Francia, la tragicomedia se popularizó y a lo largo de ese siglo, los dramaturgos establecieron plenamente las reglas para su composición. Entre los escritores destacados se encuentran Moliere, Racine y más adelante, Victor Hugo. En Gran Bretaña también se destacó este tipo de piezas teatrales, de la mano de William Shakespeare o John Fletcher, entre otros.
  • Siglo XX. A lo largo del siglo pasado, el género se transformó una vez más, y se definió como aquella obra en la que se combinaban ambos elementos (tragedia y comedia) de un modo más simple y sintético en un mismo episodio, para construir momentos “agridulces”. Se recupera la tragicomedia a partir del absurdo, en autores como Samuel Beckett y Tom Stoppard, en las que la realidad se presenta con una naturaleza dual.

Estructura de la tragicomedia

Las tragicomedias son composiciones breves y sin estructura fija, y cuyos personajes, simples y algo estereotipados, facilitan el avance de la obra, que rápidamente introduce el conflicto.

El final casi siempre es de resolución simple y veloz, y tiende a reponer el orden para llevar felicidad al héroe luego de una larga y sufrida travesía.

Ejemplos de tragicomedias

  1. La Celestina, obra anónima, continuada por Fernando de Rojas (1499). Narra la historia de dos enamorados, cuya relación es posible gracias a la intervención de una alcahueta. Aunque el final es trágico, la obra abunda en episodios cómicos y personajes burlescos que aportan humor a la trama.
  2. El mercader de Venecia, William Shakespeare (1596). Narra la historia de un mercader judío, Shylock, resentido y odiado por todos, que busca vengarse de un mercader cristiano, que no ha pagado su préstamo. La obra es humorística pero de un modo oscuro y punzante.
  3. La pastora fiel, John Fletcher (1606). Narra la historia de Clorin, una pastora virgen y curandera experta, que se retira a vivir junto a la tumba de su primer amor. Pero se verá involucrada en las historias de tres parejas a quienes ayudará a reconciliarse.
  4. La dama boba, Lope de Vega (1613). Narra la historia de dos hermanas, Finea y Nise, ambas víctimas del machismo de la época. En respuesta, una escribe sus pensamientos llenos de odio mientras que la otra finge ingeniudad. Es una obra que revela el lugar de la mujer en el siglo XVI y la posibilidad de la pedagogía a partir del amor.
  5. Fuente Ovejuna, Lope de Vega (1614). Narra la rebelión de un pueblo frente a la injusticia y tiranía de los gobernantes, a fines del siglo XV. Se destaca por su contenido social y reivindicativo.
  6. La vida es sueño, Calderón de la Barca (1636). Narra la privación de la libertad de Segismundo por parte de su padre, el rey Basilio de Polonia, quien teme que se cumplan las predicciones de un oráculo que sostenían que su hijo lo vencería y humillaría. El príncipe en cautiverio se pregunta acerca del sentido de la vida y la posibilidad de la libertad.
  7. Divinas palabras, Ramón María del Valle Inclán (1919). Narra la disputa familiar entre dos hermanos por quedarse con un sobrino, ante la pérdida de sus padres. Laureaniño es enano e hidrocéfalo y sus familiares planean exhibirlo en ferias para obtener dinero a su costa. La obra describe situaciones de crueldad, pero tratadas en tono de tragicomedia.
  8. El Cid, Pierre Corneille (1636). Narra las desventuras amorosas de Rodrigo y Jimena, un caballero y una noble que se aman pero que se ven obligados a enfrentarse a una serie de venganzas.
  9. Tragicomedia de Don Duardos, Gil Vicente (1525). Narra las peripecias de un caballero que desafía al hijo del rey frente a toda la corte reunida, por haber ofendido a una dama. El duelo no se concreta por la intervención de la princesa Flerida, de quien el protagonista se enamora. A partir de ahí, este comenzará una larga lucha por ganarse su amor.
  10. El pastor Fido, Gian Battista Guarini (1585). Narra las desventuras amorosas de Silvio y la ninfa Amarilli, quienes por sus cualidades piadosas deben casarse para terminar con la maldición que obliga al pueblo a sacrificar a una virgen todos los años. Sin embargo, ambos descubrirán el amor por separado.
  11. El burlador de Sevilla y convidado de piedra, Tirso de Molina (1616). Narra las aventuras de Don Juan, protagonista de una leyenda sevillana, quien cree en la justicia divina pero que tiene plena confianza en que podrá arrepentirse de su vida libertina y ser perdonado por Dios.
  12. Alcestis, Eurípides (438 a.C.). Narra el momento en que Alcestis, a punto de morir, pide a Admeto que no se case nuevamente y este lo promete. Al momento de la muerte de la mujer, llega al palacio Heracles, quien desconoce este episodio e importuna a los dolientes con chistes y comentarios. Cuando un sirviente le explica lo que pasó, Heracles se siente avergonzado y visita a la muerte para recuperar a Alcestis.
  13. Major Barbara, George Bernard Shaw (1905). Narra el conflicto entre una joven idealista, Barbara Undershaft, que ayuda a los pobres como comandante del Ejército de Salvación en Londres y su padre, Andrew Undershaft, un rico y exitoso fabricante de municiones, con el que ella se reencuentra luego de varios años. El padre le da dinero al Ejército de Salvación, lo que ofende a la Mayor Barbara y el debate, entonces, gira en torno a quién está haciendo más para ayudar a la sociedad: Andrew, que sostiene que su aporte es más valioso porque da a sus trabajadores empleo y un ingreso estable, o la Mayor Barbara, quien los ayuda dándoles pan y sopa.
  14. El jardín de los cerezos, Antón Chéjov (1903). Narra la historia de una familia de aristócratas que enfrenta serios problemas financieros. Un comerciante, hijo de antiguos sirvientes de la familia, propone salvar la hacienda transformándola en un centro vacacional, lo que implicaría talar el jardín de cerezos que representa una histórica tradición para la familia. Deberán tomar una determinación y definir el futuro de la finca.
  15. Tío Vania, Antón Chéjov (1899). La obra, escrita a fines del siglo XIX, narra la decadencia de la sociedad de la época. En la antigua casa de campo de una familia aristocrática venida a menos, todos los personajes reflexionan acerca de cuál es su lugar en el mundo, cuando llega el profesor Serebiakov y su esposa, Elena.

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