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10 Ejemplos de
Tipos de Leyenda

La leyenda es una narración de tipo popular que se basa en la historia de un pueblo, pero que incluye elementos fantásticos o sobrenaturales propios de la literatura.

Se transmite de generación en generación, originalmente en forma oral aunque hoy muchas de las leyendas fueron recopiladas y escritas. Por ejemplo, la leyenda del Cid Campeador.

A pesar de contener sucesos sobrenaturales y criaturas ficticias, las leyendas se presentan como una explicación para el origen de ciertos elementos naturales o como parte de hechos reales, históricos o al menos verosímiles en un espacio y tiempo reales. A menudo, incluyen un final moralizante.

No existe una sola versión de cada leyenda o una “oficial”, sino que circulan en un conjunto de versiones similares, ya que una misma leyenda puede cambiar de un país a otro o, en el trayecto de su transmisión, se puede quitar o añadir detalles.

Características de la leyenda

  • Espacio y tiempo. Transcurre en un lugar determinado y real, en un tiempo preciso.
  • Personajes. Se centra en un personaje y sus peripecias, desencadenadas en general por sus defectos, su forma de ser o sus acciones.
  • Enseñanza. Contiene una advertencia o final moralizante, aunque no se encuentre de forma explícita.
  • Anonimato. No posee autor conocido, ya que suele haber diversas versiones de una misma leyenda en circulación.
  • Oralidad. Se transmite de boca en boca, de generación en generación.

A menudo, los términos “leyenda” y “mito” se utilizan de manera indistinta. Sin embargo, su diferencia radica en que la leyenda es un relato popular que cuenta un hecho real histórico que se adorna con elementos maravillosos, mientras que el mito es una narración fabulosa que explica el origen del universo o acontecimientos fuera de lo normal, que se vinculan con seres sobrenaturales.

Tipos de leyenda

Las leyendas se pueden clasificar de dos formas. Cabe destacar que algunas leyendas pueden llegar a ser clasificadas en más de un grupo.

Por su temática:

  • Leyendas históricas. Narran hechos pasados reales ocurridos en conflictos bélicos. Sus protagonistas son personajes con existencia real. Su objetivo es engrandecer tanto la batalla como al protagonista como su héroe.
  • Leyendas etiológicas. Echan luz sobre el origen de los elementos inherentes a la naturaleza y al entorno natural de un lugar, como los ríos, las cuevas y las montañas. Sus protagonistas suelen ser dioses, reyes, animales, entre otros. El elemento real se da por el sitio donde ocurren los hechos.
  • Leyendas escatológicas. Relatan las creencias y las doctrinas referentes a la vida después de la muerte o los viajes al inframundo. Se encuentran presentes en la tradición y en la cultura de muchas sociedades, que consideran que el inframundo es un lugar de la Tierra que existe y está habitado por muertos.
  • Leyendas religiosas. Abordan historias de justos y pecadores, pactos con el diablo o episodios de la vida de santos. Sus protagonistas son los santos y los mártires. Tuvieron mucha divulgación durante la Edad Media. Su objetivo es idolatrar la religión y celebrar el triunfo del bien sobre el mal.
  • Leyendas morales. Ofrecen una lección sobre los valores y el comportamiento a seguir a través de un conflicto. Sus protagonistas suelen enfrentarse ante dos posibles caminos a seguir y, generalmente, escogen el correcto que será el que los conducirá a la virtud. Su objetivo es enseñar una perspectiva ética de los acontecimientos.
  • Leyendas infantiles. Explican de forma resumida ciertos problemas cotidianos o hechos históricos y tradicionales en un lenguaje sencillo y atractivo para los niños. Sus protagonistas suelen ser personajes divertidos, a menudo animales o cosas animadas. Su objetivo es dar una explicación a ciertos hechos para aportar lecciones y moralejas.

Por su lugar de origen:

  • Leyendas urbanas. Pertenecen al folclore contemporáneo y tienen como escenario una ciudad. Sus protagonistas suelen sufrir finales trágicos o misteriosos. A menudo encontramos historias con fines morales o didácticos.
  • Leyendas rurales. Relatan historias que se desarrollan en el ámbito rural o poblados solitarios, alejados de la gran urbe. Suelen aparecer personajes fantásticos que habitan los bosques, los montes, los campos. Poseen matices de terror.
  • Leyendas locales. Relatan sucesos conectados con la fundación o las grandes gestas históricas de un pueblo, condado o provincia. Sus protagonistas suelen ser personajes de relevancia histórica a los que el sitio debe su fama.

Ejemplos de leyendas

  1. La leyenda del rey Arturo (leyenda histórica)

El Rey Uther estaba enamorado de Ingraine, esposa de su enemigo, el Duque de Cornwall. Establece con Merlín un pacto en el que el mago le concederá el amor de la duquesa a cambio del primer hijo que tenga con ella, quien será criado para cumplir su destino: ser rey de toda Gran Bretaña.

Arturo fue criado ignorante de su sangre azul y, cuando el rey Uther murió, numerosos nobles se disputaban el trono. Para obtenerlo, debían retirar una espada enterrada en una piedra, por lo que los más fuertes caballeros lo intentaban sin éxito. Hasta que el joven Arturo, de apenas quince años, la retiró casi sin esfuerzo. En algunas versiones, esta espada es Excalibur, pero otras indican que, luego de obtenerla, Arturo la pierde y la reemplaza con Excalibur.

Esta espada mágica se la otorga la Dama del Lago, quien se la presenta el mago Merlín. Al momento de la entrega, esta le hace la siguiente profecía: “Mientras la llevéis no perderéis nada de sangre, pero un día llegará una mujer en la que confiáis y os la robará”. Arturo tiene a su hijo Mordred en un amorío incestuoso con su media hermana Morgana Le Fay o Morgause (dependiendo de las versiones) que, celosa por el casamiento de Arturo con Ginebra, le arrebata la espada Excalibur.

Camelot es el nombre del castillo de Arturo, en el que se rodea de los caballeros más valientes, con los que funda la Mesa Redonda. Sus aventuras se narran en torno a la búsqueda del Santo Grial, una reliquia cristiana de propiedades mágicas.

  1. La leyenda del origen del Cerro Prieto (leyenda etiológica)

Cuenta la leyenda que una bruja habitaba una cueva en la zona del Cerro Prieto, ícono del Valle de Mexicali. Los indios cucapá eran los pobladores originales del Cerro. La hechicera los iba capturando de a uno y los llevaba dentro de su cueva siguiendo rituales mágicos. “¡Cor Ni Pa!» (Ya llegaste), le decía al que parara a la entrada de su morada y luego, entre bailes y cantos, se acercaba poco a poco al visitante y con gran destreza lo mataba.

Cuando solo quedaba una última familia con vida, la hechicera primero mató a la hija. Cuando su hermano lo descubrió, se dejó arrastrar por ella al interior de la cueva y, una vez allí adentro, la mató. La familia prendió fuego al cuerpo de la hechicera y, de sus cenizas y humo, surgió la estructura volcánica que conforma el Cerro Prieto.

  1. La leyenda de la Santa Compaña (leyenda escatológica)

La leyenda de la Santa Compaña transcurre en la Galicia del Medioevo. Se trata de una procesión de muertos o almas en pena ataviada con ropajes de explorador, a lomos de caballos y acompañados por perros rastreadores. Se pasea durante toda la noche tiñendo de niebla y miedo los lugares por donde pasa, así como también dejando un olor fuerte a cera.

La Santa Compaña aparece encabezada por una persona viva, un mortal que porta una cruz, que es el elegido y condenado a deambular hasta fallecer o hasta que otro desdichado tome su lugar. Tras él, le siguen varios encapuchados en una perfecta fila que queda acompañada por cánticos y rezos.

Su presencia vaticina la muerte, sea apareciéndose a la persona que ha de morir o visitando las casas donde había algún alma enferma a punto de apagarse.

  1. Leyenda de San Jorge y el dragón (leyenda religiosa)

Cuenta la leyenda que existía en una población del Imperio Romano sometida por un dragón al que los habitantes ofrecían sacrificios animales para mantenerlo en calma. Hubo un tiempo en que los animales escasearon, por lo que se enviaron personas para alimentar a la bestia.

Cuando le tocó el turno a la hija del rey, apareció Jorge a caballo con su imponente armadura y con la espada mató al dragón. De la sangre brotó una rosa que él entregó a la princesa, que salió ilesa. Tras esa violenta lucha, Jorge por fin libró al reino de la amenaza del dragón.

San Jorge fue decapitado por el gobierno de Diocleciano tras una persecución a los cristianos y murió como mártir por defender el cristianismo. La leyenda se popularizó a partir de la Edad Media.

  1. La leyenda de Maichak (leyenda moral)

En la Gran Sabana de Venezuela vivía un hombre que nunca se había interesado en aprender a pescar ni cazar. Por eso siempre volvía con las manos vacías y no tenía nada para comer, y sus familiares se burlaban de él.

Una mañana en que se encontraba mirando los peces en el río sin saber cómo pescarlos, se le acercó un hombre y le entregó una vasija mágica y le dijo que debía llenarla hasta la mitad con agua del río y que, al hacerlo, este se secaría y podría más fácilmente capturar los peces. Pero le advirtió que jamás debía llenarla del todo, porque provocaría una gran inundación. Maichak lo hizo y, ¡oh maravilla!, era verdad. Su regreso al pueblo, car­gado de peces, fue triunfal. El extraordinario fenómeno se repitió una y otra vez, y la curiosidad de saber cómo pescaba tan increíble cantidad de peces creció entre sus cuñados, quienes en un descuido de Maichak descubrieron el recipiente mágico. Tenían sed y lo uti­lizaron para beber del río y, en ese instante, descubrieron su secreto. Pero, como no sabían de la advertencia, el agua se derramó e inundó la tierra y la corriente del río se llevó la vasija.

El pobre hombre volvió a ser el hazmerreír de todos. Salió de caza desespe­rado y, en medio del bosque, encontró un armadillo que tocaba una maraca y, al ingresar por una cueva, observó cómo, alborotada por la música, una piara salía corriendo. El mal cazador creyó que el secreto estaba en poseer una maraca como aquella y se la robó al armadillo, y este le advirtió que no la tocara más de tres veces seguidas porque los cerdos se la quitarían. Otra vez los cuñados, viendo que Maichak conseguía cazar muchos animales, siguieron sus pasos y al ver la maraca se la robaron. La tocaron más de tres veces y los animales les arrebataron el mágico instrumento.

Maichak, desesperado, buscó la maraca durante muchos días, cuando se cruzó en la selva con una mona de larga melena. Mientras esta se peinaba, fueron llegando muchas aves. Creyendo que el peine era el que las atraía, este se lo pidió a la mona y ella le advirtió que no lo utilizara más de tres veces seguidas, porque las aves se lo arrebatarían. El muchacho regresó a casa bien peinado y con varias aves colgadas al cinto. Sus cuñados, una vez más, cuando vieron lo que Maichak hacía con el peine, se lo quitaron y empezaron a peinarse y, sobre sus cabezas, re­volotearon aves de todos tipos y colores. Pero como desconocían la advertencia, se peinaron tan­tas veces como les apeteció. Llegó tal bandada que, en un momento de confusión, les arrebató el peine.

Maichak volvió a tener hambre y, cuando se enteró de la traición de sus cuñados, se marchó triste y decepcionado a un lugar muy lejano.

  1. La leyenda del Olentzero (leyenda infantil)

Cuenta la leyenda que en las montañas de Euskal Herria vivía un hada de pelo rubio y largo que siempre iba acompañada de duendes de pantalones rojos. Un día, cuando estaban próximos a un riachuelo, los duendes advirtieron que había un bebé recién nacido entre los arbustos y le avisaron al hada, quien lo recogió, lo nombró Olentzero y le concedió fuerza, coraje y amor, por todo el tiempo que el pequeño viviera.

Después, lo llevó a la casa de un matrimonio que lo cuidó como propio y le enseñó el oficio de cortar leña. Cuando sus padres fallecieron, el Olentzero se quedó solo en su casa de las montañas. Durante un frío invierno, el temporal dejó a los habitantes encerrados en sus casas. Ninguno de ellos había preparado carbón para su chimenea y estaban pasando mucho frío.

El Olentzero, quien no había parado de recolectar leña, decidió llevarla al pueblo y dejar una bolsa llena de leña en cada casa. Al día siguiente, todos los habitantes estaban emocionados por el regalo y, a partir de ese momento, jamás olvidaron recolectar suficiente leña.

Es por eso que el Olentzero decidió no repartir más carbón y lo sustituyó por juguetes para los niños. Así, cada 25 de diciembre, el Olentzero sale de los bosques y reparte la magia por los pueblos de Euskal Herria.

  1. La leyenda de las gemelas (leyenda urbana)

Cuenta la leyenda que en Inglaterra una madre dio a luz a dos hermanas gemelas. Cuando cumplieron tres años, la familia salió a pasear y, de regreso, mientras cruzaban la carretera para subirse al coche, un vehículo atropelló a las gemelas que, minutos más tarde, murieron.

Dos años después, ya superado el trauma, la pareja quiso volver a intentar tener una familia y, tras nueve meses, la mujer dio a luz a otras gemelas. Las niñas se parecían tanto a las que murieron que decidieron no mencionarles nada de lo sucedido.

Tres años pasaron cuando, durante una Navidad, la familia salió de paseo al mismo lugar de aquel fatídico día y, al regresar, mientras cruzaban la carretera que tanto pavor daba a los padres, las niñas se agarraron fuertemente a las manos de su madre y, mientras se encontraban en mitad del asfalto, le dijeron: “Mamá… no nos sueltes, que aquí fue donde nos mataron”.

  1. La leyenda del lobizón (leyenda rural)

Esta leyenda guaraní cuenta que Lobizón es el séptimo hijo de Tau y Keraná, sobre el cual cayó la mayor maldición que pesaba sobre los progenitores. Se dice que los días viernes y los martes, al anochecer, Lobizón pierde su forma humana para transformarse en un lobo de horrible aspecto y dientes afilados, que busca los cementerios para revolcarse encima de los cadáveres y alimentarse de ellos.

A la media noche, sale en busca de seres humanos para convertirlos en otros lobizones, lo que logra asustándolos y pasando por debajo de sus piernas. Un olor nauseabundo lo acompaña, su aspecto hiela la sangre en las venas y enloquece a los hombres que se dejan sorprender.

Su andar termina al clarear el nuevo día, retornando su forma humana: se lo ve sucio, cansado, esquivo, de mirada doliente y melena desgreñada. La gente no sabe si tenerle lástima o sentir miedo ante la duda hiriente de que sea o no Lobizón.

  1. La leyenda de las tres brujas unidas (leyenda local)

Se cuenta que en la Edad Media, en las montañas de los Ibores, una madre noble tuvo tres hijas, Sina, Tina y Mada. La criada de la familia les enseñó magia negra y las muchachas, al darse cuenta de su gran poder, comenzaron a usarlo sin compasión. Todo aquello que les molestaba lo hacían desaparecer o lo maldecían. Al llegar a oídos de sus padres, quisieron deshacerse de ellas. Al ver estas que sus padres no las querían, se vengaron y los mataron e intentaron vengarse de la criada, pero esta última las hechizó de tal manera que lo que sentía una lo sufrieran las tres. Las brujas, enfurecidas por el hechizo, culparon a la criada del crimen de sus padres y la quemaron en la hoguera.

Las hermanas notaron el hechizo al tiempo: si una se caía, a las tres les dolía; si una quería comer, las otras también querían. Cuando llegaron a una edad madura, Sina vio a un hombre y se enamoró locamente de él, y lo hechizó para que le diera su amor. Tina y Mada también sintieron amor por él y conjuraron el mismo hechizo. Cuando llegó la noche, el hombre se acercó a su casa en la montaña. Al verlo llegar, las tres se le arrojaron y el hombre, no sabiendo qué hacer, se volvió loco y se murió.

Esto sucedió con muchos hombres y, cuando el pueblo se dio cuenta de que eran las tres hermanas las brujas que los mataban, fueron a buscarlas y las quemaron una por una en la hoguera. La primera fue Mada que, cuando estuvo ardiendo, las otras dos también sufrieron. Para probar esta leyenda, solo hay que ir a cualquier punto de las montañas de los Ibores y contar esta historia para escuchar los escalofriantes aullidos de las ánimas de los hombres que fueron muertos de amor por estas tres brujas codiciosas.

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