Principales cuentas de patrimonio neto

Patrimonio neto o neto patrimonial es el nombre que recibe el valor total de los activos de una empresa después de haber descontado todas sus deudas (pasivos). En este monto se incluye cualquier aportación inicial de sus socios fundadores que no figure como pasivo, tanto como los resultados acumulados o cualquier otra variación que pueda afectarlos.

En cambio, las operaciones por cobertura de flujos de efectivo u otras semejantes que falten por imputarse en el debe y el haber, no se considerarán parte del patrimonio neto. Se trata, en términos de contabilidad, una masa patrimonial que tiene saldo acreedor y cuya fórmula general de cálculo es la siguiente:

Activos – Pasivos = Patrimonio Neto

Así, las cuentas que signifiquen un aumento del patrimonio neto se considerarán ganancias, mientras que las que supongan su disminución se considerarán pérdidas.

Tradicionalmente, el patrimonio neto está compuesto por las siguientes cuentas, divididas según su origen:

  • Capital social.
  • Reservas. Utilidades retenidas afectadas.
  • Resultados acumulados. Utilidades desprovistas de afectación determinada.

Principales cuentas de patrimonio neto

  1. Aportes de los propietarios. Se trata del capital inicial aportado por los propietarios, también llamado patrimonio inicial.
  2. Reservas de utilidades. El monto que no se distribuye una vez cerrado el ejercicio fiscal, ya sea por disposiciones de la empresa, disposiciones legales o por la voluntad de los socios. Según su origen y motivación pueden ser reservas legales (obligatorias), reservas estatutarias o reservas facultativas.
  3. Resultados no asignados. Ganancias o pérdidas acumuladas sin una específica asignación, que pueden estar destinadas al aumento de capital, al dividendo, la retención como ganancia reservada (en caso de no haber compromisos legales que lo impidan) o puede continuar pendiente de asignación. Junto con las reservas de utilidades constituyen las utilidades retenidas.
  4. Reservas de capital. Formadas por las primas de emisión, es decir, el sobreprecio que una entidad emisora impone a la colocación de las acciones de la empresa. Estas reservas de capital no provienen de los resultados.

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