10 Ejemplos de
Historias de terror cortas

Las historias de terror cortas son narraciones breves que tienen como objetivo hacer que el lector o el espectador se asuste. Estas historias pueden ser relatos populares, cuentos, leyendas o mitos.

Como la mayoría de las historias narrativas, las historias de terror constan de tres partes:

  • Introducción. Se presenta a los personajes, el lugar y el contexto. En las historias de terror, generalmente, la situación y el contexto son tranquilos o normales.
  • Nudo. Se presenta el problema o el suceso que modifica la normalidad y se mencionan los hechos más importantes. En las historias de terror sucede algo anormal o sobrenatural que modifica la normalidad y la tranquilidad.
  • Desenlace. Se resuelve el problema, aunque algunos cuentos pueden terminar con un final abierto. Los finales de las historias de terror suelen ser trágicos.

Características de las historias de terror cortas

  • Personajes. Son seres sobrenaturales, paranormales o asesinos. Por ejemplo: fantasmas, vampiros, demonios.
  • Lugares. Las historias comienzan en lugares tenebrosos o lugares cotidianos que se vuelven tenebroso. Por ejemplo: una casa abandonada, un cementerio, una calle oscura.
  • Narración. Es lenta y gradual porque se busca crear suspenso.
  • Temas. La muerte, las catástrofes naturales, las enfermedades, lo sobrenatural y lo monstruoso son algunos de los temas recurrentes en las historias de terror, ya que este género surgió con el objetivo de que las personas expresen sus miedos.
  • Géneros. Generalmente, son de género fantástico aunque también pueden ser de ciencia ficción o incluso realistas.
  • Finalidad. Su objetivo es generar en el lector suspenso, horror, desasosiego o inquietud. Además, algunas de estas historias se utilizan con un fin moral porque buscan transmitir una enseñanza.

Ejemplos de historias de terror cortas

  1. Yoduloso

Se dice que hace algunos años un grupo de jóvenes se perdió en el bosque. Los jóvenes dando vueltas sin saber muy bien qué hacer, hasta que vieron a un leñador y conversaron con él. El hombre les dijo que cerca de allí había un pueblo y que él podía llevarlos.

En el camino al pueblo se tomaron una foto con el leñador, pero cuando estaban entrando al pueblo, el hombre desapareció. Los jóvenes entraron a una tienda y les contaron a los dueños lo que les había pasado: que un leñador llamado Yudoloso los había acompañado.

Pálidos, los dueños contaron que el hombre había muerto en un accidente hace varios años. Los jóvenes chequearon la fotografía que habían tomado con el celular y vieron que el leñador no aparecía en la foto.

  1. Hidebehind (el que siempre está detrás)

Esta es una historia tradicional de Estados Unidos que cuenta que en los bosques vive un ser tenebroso, culpable de la desaparición de personas.

Según esta historia este monstruo persigue a las personas que pasean por los bosques para comerlas y nunca puede ser visto por su gran capacidad para ocultarse.

Este personaje es muy recurrente en historias de terror, tanto en literatura como en cine.

  1. La planchada

Esta es una historia tradicional mexicana que cuenta que una enfermera llamada Alicia comenzó a trabajar en un hospital y se enamoró perdidamente de un doctor. Al poco tiempo la enfermera y el doctor se pusieron de novios y, algunos meses después, se comprometieron.

Un día el doctor le dijo a su prometida que debía irse por quince días para asistir a un congreso, para lo cual le pidió que le planchara un traje. Ella se lo planchó y continuó yendo al hospital. Cuando el médico volvió, ella se enteró de que él no se había ido de viaje sino de luna de miel con su nueva esposa.

Ella se puso muy triste y, finalmente, falleció. Al poco tiempo, en el mismo hospital, muchas personas aseguraron que las atendía una enfermera que se llamaba Alicia.

  1. El cazador

Una vez un cazador estaba yendo a un lugar al que siempre iba a cazar, pero mientras iba por la ruta, detectó una zona que parecía tener abundantes presas. El hombre estacionó su auto, bajó y comenzó a caminar por el bosque.

No vio ningún animal y, de un momento a otro, apareció una neblina muy espesa que no le permitía ver bien. El cazador se sintió desorientado y empezó a tener miedo. Siguió caminando hasta que pudo distinguir una luz, se acercó a aquella luz y se dio cuenta de que era la luz de una cabaña.

Cuando entró en la cabaña, la niebla se disipó, pero el hombre saltó del susto por al ver los cuadros aterradores con caras de personas en las cuatro paredes. De pronto, lo invadió un terrible cansancio y se tiró en el sillón para dormir.

Al despertar, abrió los ojos lentamente, volvió a mirar los cuadros y gritó de horror: no eran pinturas sino ventanas con personas que lo miraban.

  1. La habitación del hotel

Cierta vez un hombre estaba manejando de noche en la ruta, vio un hotel al costado del camino y decidió detenerse para descansar un poco. Llegó a la recepción, se registró y la recepcionista le dio la llave de su cuarto pero le advirtió: “en tu piso hay una habitación que no tiene número, no mires por el cerrojo ni golpees la puerta”.

El hombre llegó a su piso y cuando pasó por al lado de la puerta sin número, sintió un escalofrío. Entró a su habitación, cenó, miró la televisión y, de repente, tuvo mucha curiosidad por lo que había en esa habitación.

Salió de su cuarto, se acercó a la habitación misteriosa, miró por el cerrojo y vio que había una mujer vestida de blanco, pero que estaba de espaldas y todo el cuarto era rojo. Pegó un grito, se fue a su cuarto y no pudo dormir en toda la noche.

Al día siguiente, antes de irse, pasó a dejar las llaves por la recepción y no pudo evitar decirle a la recepcionista: “Miré por el cerrojo”. “¿Y qué viste?” le dijo ella. “Vi a una mujer”. La recepcionista le respondió: “Te dije que no miraras, allí se murió una mujer en extrañas circunstancias y su fantasma vive en esa habitación hasta hoy. Todos los que miraron por el cerrojo aparecerieron muertos a los pocos días”.

  1. El duende

Un hombre y una mujer buscaban un hogar donde vivir. Después de mucho buscar, encontraron una casa a buen precio, con algunos problemas estructurales que fueron reformando de a poco.

Todas las noches a las doce sonaba el timbre, pero cuando iban a la puerta no había nadie. Un día, el hombre se quedó viendo por la mirilla y se dio cuenta de que el timbre se presionaba solo: nadie lo apretaba.

Los días seguían pasando y ocurría siempre lo mismo. Una vez, una amiga de la mujer fue a visitarla y, cuando salió sola al jardín, vio a un duende que la saludó y se fue corriendo.

La mujer no le creyó a su amiga, pero lo mismo le sucedió a otra amiga y la mujer comenzó a dudar. Habló con su esposo, pero él no le creyó.

Un día el hombre estaba cocinando, abrió el horno para sacar la comida y cuando la apoyó sobre la mesada, se dio cuenta de que habían desaparecido todos los platos y los cubiertos. El hombre se dio vuelta y vio al pequeño duende con los platos y los cubiertos en sus manos.

  1. El casino del diablo

Esta leyenda mexicana cuenta la historia de una joven que quería ir a una fiesta en un casino. Ante la negativa de su madre, la joven se escapó y acudió al evento.

En el salón del casino, las personas estaban bailando. En un momento, un joven muy bien vestido sacó a bailar a la joven y ella aceptó. Estaban en el centro de la pista y vio que los zapatos del joven se transformaron en pezuñas, lo miró a la cara y vio que ya no tenía rostro humano. La joven se fue corriendo mientras gritaba “¡El diablo! ¡El diablo!”.

Todas las personas salieron corriendo y el casino se prendió fuego.

  1. Los cocodrilos de las alcantarillas

Esta leyenda urbana, conocida en Nueva York, cuenta la historia de una familia muy adinerada que compró una cría de cocodrilo como mascota. Al poco tiempo, los padres se arrepintieron de la decisión y arrojaron al pequeño animal por el inodoro.

Se dice que, desde entonces, en las alcantarillas de Nueva York habitan centenares de reptiles que, cada tanto, salen a las calles o aparecen en las casas.

  1. La mina

Se dice que existía una mina de diamantes a la que nadie se atrevía a entrar, porque se creía que allí vivía una bruja. José les dijo a sus amigos que se atrevería a entrar, pues no creía en la existencia de la bruja.

José fue hasta la entrada de la mina, y sus amigos lo esperaron afuera mientras José entraba. Ni bien caminó un poco, vio que la cueva estaba llena de diamantes y empezó a juntar algunos.

De repente escuchó una carcajada pero no se asustó sino que siguió caminando, adentrándose cada vez más en la mina. Sus amigos comenzaron a llamarlo, pero José no contestaba.

José siguió caminando hasta que se encontró con la bruja, quien lo acusó de haberle robado diamantes. José le dijo que él los había tomado porque los había encontrado. La bruja no le contestó y le lanzó un hechizo: lo convirtió en diamantes que quedaron en la cueva junto con los otros miles.

  1. El perro del parque

En una ciudad muy grande había un parque de quince hectáreas. Este parque era muy bonito y a la gente le encantaba. Además, en este lugar, vivían perros que eran muy mansos y se llevaban muy bien con la gente.

Muchas personas iban a correr al parque cuando bajaba el sol y los perros siempre las acompañaban. Pero un día los corredores no vieron ningún perro y se asustaron un poco.

Empezaron a escuchar gruñidos y se detuvieron. De pronto vieron un perro negro muy grande y con la boca llena de sangre. A su lado apareció una figura oscura y un olor a azufre muy intenso comenzó a sentirse.

La figura oscura les dijo a los deportistas “cuando no haya perros, no vengan al parque porque ese día pasea el perro del diablo. Están advertidos”. Ambos seres se esfumaron y los deportistas volvieron lo más rápido que pudieron a sus casas.

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