Ensayo sobre Edipo Rey

Ensayo sobre Edipo Rey

La soberbia de los poderosos a través de Edipo Rey

Edipo Rey es una tragedia griega escrita en una fecha desconocida de la antigüedad por el poeta trágico Sófocles (496-406 a. C.), y que figura entre las obras teatrales más estudiadas y más representadas de todos los tiempos. Aunque existe más de una razón para ello, dada la enorme importancia de la tradición grecorromana en la conformación de la cultura occidental, en este ensayo nos centraremos en una razón muy específica: su representación de la hybris, o sea, la soberbia, y su rol en el castigo de los poderosos.

Los antiguos griegos conocieron la hybris (“orgullo”, “desmesura”) mucho antes de que los primeros cristianos pudieran hablar del pecado de la soberbia. Y aunque la griega no era una cultura del “pecado” sino del honor, la hybris usualmente era lo que conducía a sus héroes mitológicos a un destino trágico, o sea, a una situación en la que los dioses se encargaban de recordarle, por las malas, que sin importar lo talentoso, lo fuerte o lo diestro que fuera con la espada, no era más que un ser humano. Los ejemplos abundan: el orgulloso desprecio de Ájax al sentir la protección de Atenea, o el rechazo de Aquiles a dar al cuerpo de Héctor un trato respetuoso.

En el caso de Edipo, sin embargo, la soberbia está también vinculada al ejercicio del poder político. Y no solo porque al empezar la obra Edipo es ya el rey de Tebas, sino porque precisamente su caída comienza cuando empuña como propia la ley: cuando se mofa de los enigmas del vidente Tiresias y anuncia al pueblo tebano que no descansará hasta dar con el asesino de Layo, el rey anterior, y hacerlo pagar por semejante crimen. Un asesino que, como sabemos, acabará siendo él mismo.

Los antiguos griegos entendían la existencia humana siempre a merced de un destino ya escrito. Por eso uno podría pensar que cuando Edipo huye de su hogar adoptivo para evitar cumplir la profecía que se le hizo al nacer, y acaba precisamente cumpliéndola, estaba también cometiendo la soberbia de pensar que un hombre puede contradecir al destino.

Pero en este caso, Edipo está amparado por la inocencia y por el amor que siente hacia sus padres putativos; un amor que le hace impensable algún contexto o alguna situación en la que pudiera dar muerte a su padre y desposar a su madre, pero incluso así su temor al destino es tal, que escapa de vuelta a su Tebas natal. Se trata de un caso de ironía trágica.

En cambio, el Edipo Rey (que no casualmente se dice en griego original Oidipous Tyrannos) se ufana tanto del poder que ha recibido tras liberar a Tebas de la esfinge, que considera sus propios juicios infalibles. No de otro modo se explica que se mofe de la ceguera de Tiresias, a lo que el vidente replicará, proféticamente, que el verdadero ciego es Edipo, ya que construye la trampa en la que él mismo caerá más adelante, cuando la verdad le sea revelada.

La hybris de Edipo, por lo tanto, es la hybris de un rey, y constituye una poderosa advertencia para las generaciones futuras, educadas mediante el teatro en el ágora: la ley del poderoso puede volverse en su contra y, por lo tanto, todo ejercicio de poder tendría que darse con sabiduría y prudencia. El castigo de Edipo es no solo la pérdida del poder tan anhelado, sino la vergüenza de tener que someterse al propio castigo, o sea, al exilio.

Así, tras el suicidio de Yocasta, se arranca los propios ojos con sus broches para el pelo (cumpliendo así a cabalidad las palabras de Tiresias) y emprende una existencia errante luego de maldecir a su propia estirpe, a la cual le aguardan todavía varias tragedias más adelante. Edipo pasa de rey a mendigo, de sabio orgulloso a humilde predicador, dejando el trono en manos de su cuñado Creonte, tal como han hecho numerosos reyes a lo largo de la historia, quienes han empuñado el poder para forjar una sociedad en la que, posteriormente, no tienen cabida. Y esta es una lección que parece, además, no pasar nunca de moda.

Referencias:

¿Qué es un ensayo?

El ensayo es un género literario, cuyo texto se caracteriza por estar escrito en prosa y por abordar un tema específico libremente, echando mano a los argumentos y las apreciaciones del autor, tanto como a los recursos literarios y poéticos que permitan embellecer la obra y potenciar sus rasgos estéticos. Se considera un género nacido en el Renacimiento europeo, fruto, sobre todo, de la pluma del escritor francés Michel de Montaigne (1533-1592), y que con el paso de los siglos se ha convertido en el formato más frecuente para expresar las ideas de un modo estructurado, didáctico y formal.

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