Ensayo Filosófico sobre la Libertad
Ensayo Filosófico sobre la Libertad
¿Hasta dónde llega la libertad?
La libertad es un concepto muy empleado en la política, sobre todo a la hora de justificar las posturas más radicales y las decisiones más cuestionables socialmente. Desde su instauración como un valor público indiscutible con el triunfo del liberalismo a partir del siglo XVII, referirse a la libertad se ha convertido en un lugar común en la conducción de las masas y en las arengas políticas de los distintos actores políticos de la sociedad. Pero qué es exactamente la libertad y hasta dónde llega siguen siendo preguntas que ameritan debate en la sociedad postindustrial contemporánea.
La libertad, según la define el diccionario de la Real Academia Española, es “la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”, es decir, se trata de la capacidad para decidir el propio rumbo y asumir las consecuencias que ello implique. Dicho de otro modo, la libertad viene a ser una forma del libre albedrío.
Este último término es común en el discurso religioso: se dice que Dios, creador y controlador del mundo, nos permite el libre albedrío y por ello no interviene para ponernos a salvo de las posibles consecuencias catastróficas de nuestras acciones y decisiones. Ello, a pesar de que Dios, según la mayoría de los credos, dictó leyes muy específicas a sus fieles, de cuyo cumplimiento —sobre todo en los grandes monoteísmos— dependería la salvación o el castigo eterno.
Pero el libre albedrío también implica que el ser humano debe hallar un modelo de sociedad que le permita conducirse de buena manera. Así, debe proponer sus propias leyes y autoridades, debe conducirse de un modo organizado hacia el bienestar común, lo cual supone una inevitable tensión entre la voluntad individual y las necesidades del colectivo. En el marco de esta tensión se han desarrollado las sociedades modernas.
¿Qué significa ser libre?
Una persona libre, en principio, es una persona que goza de la plenitud de sus derechos y cumple a cabalidad con sus responsabilidades. Entre las definiciones de libertad del diccionario están, por ejemplo, la ausencia de condiciones de esclavitud, prisión o coacción estatal, de modo que la libertad pasa necesariamente por el acuerdo con la voluntad propia. Sin embargo, no puede entenderse la libertad como el disfrute absoluto del propio deseo.
El filósofo germano Immanuel Kant distinguía entre dos tipos de libertades: las positivas y las negativas. Las primeras son aquellas que facultan al individuo para actuar, mientras que las segundas son aquellas que consisten en la ausencia de obstáculos para actuar. En ese sentido, por ejemplo, un caminante posee la libertad positiva de andar al paso que quiera, pero al mismo tiempo posee la libertad negativa de transitar los caminos no obstaculizados, digamos, por un operativo de la policía que esté ocurriendo en un barrio cercano.
De allí se desprende que toda libertad existe en un marco de posibilidades determinado por ciertas normas y leyes sociales, en la medida en que el bienestar común se impone al capricho individual, o incluso, que la protección del bienestar individual depende de la restricción de ciertas decisiones. Eso es, a fin de cuentas, lo que significa vivir en sociedad: obedecer a un pacto social con el que hemos decidido regir nuestras existencias, para evitar la tentación del caos y la anarquía.
Es aquí donde entra a jugar la ética en el debate. ¿Hasta qué punto los individuos son realmente autónomos y pueden tomar decisiones que perjudiquen a terceros o incluso a sí mismos? Esta es una pregunta que se hace no solo en el marco de la política sino también en el de la salud pública y otras áreas similares.
¿Tiene derecho una persona a acabar con la propia vida? Supongamos que sí. ¿Tiene derecho a hacerlo una mujer embarazada, causando así la muerte también a su hijo? Y si lo tiene, ¿tiene entonces otra mujer el derecho a interrumpir su embarazo a voluntad? ¿Puede una persona negarse a recibir una vacuna sabiendo que podría transmitir la enfermedad a otros? ¿Puede un arrendatario aumentar el costo de alquiler de su propiedad en medio de un desastre natural? ¿Hasta dónde llega la libertad individual cuando eso violenta la de terceros?
Libertad y responsabilidad
Muchas de estas cuestiones se pueden zanjar si entendemos a la libertad como una cara de la moneda que tiene en la otra cara a la responsabilidad. No puede darse la una sin la otra. El ejercicio de una libertad individual no necesariamente debe conducir a un acto impune ni debe necesariamente ser considerado algo moralmente aceptable.
Lo legal y lo moral deben ser fronteras que encaucen el libre albedrío con el fin de hallar un justo equilibrio entre orden y libertad en nuestras sociedades. Esta no es una tarea sencilla, sin embargo, y la política es el campo en el que este debate debe darse, para así intentar alcanzar la promesa de los revolucionarios franceses: libertad, igualdad y fraternidad entre las personas.
Referencias:
- “Ensayo” en WIkipedia.
- “Libertad” en Wikipedia.
- “Libertad” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “La libertad” en la Universidad FASTA (Argentina).
- “Positive and Negative Liberty” en Stanford Encyclopedia of Philosophy.
- “Liberty (human rights)” en The Encyclopaedia Britannica.
¿Qué es un ensayo?
El ensayo es un género literario, cuyo texto se caracteriza por estar escrito en prosa y por abordar un tema específico libremente, echando mano a los argumentos y las apreciaciones del autor, tanto como a los recursos literarios y poéticos que permitan embellecer la obra y potenciar sus rasgos estéticos. Se considera un género nacido en el Renacimiento europeo, fruto, sobre todo, de la pluma del escritor francés Michel de Montaigne (1533-1592), y que con el paso de los siglos se ha convertido en el formato más utilizado para expresar las ideas de un modo estructurado, didáctico y formal.
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