Ejemplos de
Clientelismo Político

El clientelismo político es un tipo de relación entre gobernantes o funcionarios y grupos civiles. Esta relación se caracteriza por un intercambio de favores entre los dos grupos, es decir que se da un mutuo beneficio.

En este tipo de relaciones, los funcionarios ocupan el rol de patrón, mientras que los grupos civiles ocupan el rol de cliente. Por eso también se denomina patronazgo.

Los grupos de civiles, o individuos, obtienen como beneficio privilegios, exenciones o incluso contratos con el estado. A cambio de estos favores, el gobierno obtiene típicamente el beneficio de votos en tiempos electorales. Cuando se trata de relaciones con medios de comunicación, los mismos pueden mostrar una imagen positiva con los funcionarios con quienes existe la relación de clientelismo.

Por lo tanto, el clientelismo es una relación de intercambios de favores. Sin embargo, una característica fundamental es que estos favores nunca quedan explicitados formalmente, como ocurriría con un contrato o un acuerdo entre partidos, sino que se basa en acuerdos verbales.

A pesar de que ambos grupos se beneficien, existe una relación de dominación, debida al acceso desigual al poder estatal o económico.

El desarrollo del clientelismo depende en parte del monopolio de poderes: cuando más poder tenga un grupo o individuo más posibilidades tiene de ejercer clientelismo con los civiles.

El clientelismo también depende de la pobreza de la población, ya que los patrones aprovechan las necesidades para sus propios fines. Por otra parte, la participación política de la población va directamente en contra del clientelismo, ya que las convicciones políticas impiden a los individuos ser cooptados como clientes.

Ejemplos de clientelismo político

  1. Propaganda oficial en medios. Una parte del presupuesto del Estado se utiliza para difundir los actos de gobierno. Es decir que el estado paga una forma de propaganda oficial en diversos medios de comunicación. La distribución de estos fondos rara vez es equitativa, sino que muchos gobiernos contratan mayor cantidad de espacios en medios que les son favorables. Esta es la forma de clientelismo más difícil de monitorear, porque los mismos medios se encargan de ocultar sus relaciones con los diferentes gobiernos.
  2. Durante la época de fin de año muchas organizaciones privadas distribuyen comidas especiales entre el público. Si esto lo hace un supermercado o cualquier otra empresa, con sus propios fondos, se trata de una estrategia promocional. Sin embargo, si lo hace un funcionario, con fondos, personal o medios de transporte que pertenecen a la administración pública, se trata de un caso de clientelismo. Por eso, la utilización de los fondos públicos se decide oficialmente al definir al comienzo del año el presupuesto de cada localidad.
  3. Regalos a cambio de exhibir insignias. Los partidos políticos tienen gran cantidad de participantes y votantes que los apoyan en sus diversas manifestaciones y proyectos. Es decir que las personas forman parte de un partido político o apoyan sus iniciativas por convicción, por creer que esas iniciativas serán beneficiosas a la comunidad. Sin embargo, algunos partidos políticos pueden ofrecer regalos (gasolina, comida, dinero, etc.) por usar insignias del partido o participar de sus manifestaciones.
  4. En Latinoamérica, la expresión “clientelismo” comenzó a utilizarse para referirse a las relaciones patrón-cliente con respecto a la tenencia de tierra. Los terratenientes otorgaban una tenencia precaria de ciertas parcelas. Esto se hacía oficialmente a cambio de trabajo o servicios, pero informalmente también se esperaba su lealtad.
  5. Capitalismo clientelista: Se supone que en las economías capitalistas el éxito en los negocios depende exclusivamente del mercado. Sin embargo, las íntimas relaciones entre empresas y funcionarios echa por tierra esta suposición. En la práctica, el éxito depende de la distribución de permisos legales, subvenciones del gobierno, arreglos impositivos especiales, entre otros beneficios. Este tipo de clientelismo se da en todas las economías, incluso en las más sólidas del mundo, como la de Japón o Corea del Sur.



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