Ejemplos de
Agradecimientos y Dedicatorias
Agradecimientos y dedicatorias
Las dedicatorias y agradecimientos suelen aparecer al comienzo de libros y tesis en forma relativamente extensa, pero también pueden aparecer solo como unas pocas palabras al comienzo de un poema o cuento.
- Una dedicatoria es la forma en que se dirige una obra a una o varias personas. Puede formar parte del libro impreso o ser agregada por el autor junto con su autógrafo en forma manuscrita.
- Los agradecimientos suelen ser más habituales en libros o textos que requieren de una investigación, en la que los autores recibieron ayuda y apoyo de ciertas personas e instituciones.
Si bien son especialmente frecuentes en el ámbito literario, existen dedicatorias en muchos discos y producciones audiovisuales. Casi todos los discos incluyen agradecimientos. Un ejemplo famoso de una dedicatoria musical es la obra Para Elisa, de Beethoven.
- Ver además: Frases de agradecimiento
Ejemplos de dedicatorias y agradecimientos
- Agradezco al Dr. Schwartz por su guía y ayuda durante esta investigación, a los profesores Juan Almeida y Sonia Sánchez por su invaluable colaboración, y a mi esposa, Sara, por su paciencia y compañía.
- “Dedicatoria al conde de Lemos
Enviando a Vuestra Excelencia los días pasados mis comedias, antes impresas que representadas, si bien me acuerdo, dije que don Quijote quedaba calzadas las espuelas para ir a besar las manos a Vuestra Excelencia; y ahora digo que se las ha calzado y se ha puesto en camino, y si él allá llega, me parece que habré hecho algún servicio a Vuestra Excelencia, porque es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que le envíe para quitar el hámago y la náusea que ha causado otro don Quijote, que, con nombre de Segunda parte, se ha disfrazado y corrido por el orbe; y el que más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China, pues en lengua chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome, o, por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio donde se leyese la lengua castellana, y quería que el libro que se leyese fuese el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto, me decía que fuese yo a ser el rector del tal colegio”. Miguel de Cervantes en la segunda parte de “Don Quijote de La Mancha”
- “Para Tabby, que me metió en esto y luego me ayudó a salir.” Stephen King a su mujer Tabitha.
- “Para Stephanie y Jim Leonard. Ellos saben por qué. Vaya si lo saben.” Stephen King.
- “Este libro es para mi hermano David, que me tomaba de la mano para cruzar West Broad Street y que me enseñó a hacer saltadores con viejos percheros. El método era tan estupendo que ya nunca lo abandoné. Te quiero, David.” Stephen King
- “A Enrique Jardiel Poncel, mi mayor enemigo, con la adhesión, la simpatía y el afecto de Enrique Jardiel Poncela”. Dedicatoria del autor a sí mismo, en el libro Pero ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?
- “Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre. Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio.” Jorge Luis Borges, en su libro La cifra.
- “Dedico este libro a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera.” Camilo José Cela, en su novela La familia de Pascual Duarte.
- “A mi esposa Marganit y a mis hijos Ella Rose y Daniel Adam, sin quienes este libro habría sido terminado dos años antes.” Dedicatoria de Joseph J. Rotman en su libro Una introducción a la topología algebraica.
- “A Carrie White, que no sobrevivió al instituto. A los que sí lo hicieron.” Laura Fernández en su libro La chica zombie. Carrie White es la protagonista de la novela de Stephen King “Carrie”, que luego ha sido llevada al cine.
- “Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria: A LEÓN WERTH cuando era niño. Antoine de Sanit-Exupéry en su obra El Principito.
- “Ya sabes cómo funciona esto. Tomas un libro, miras la dedicatoria y descubres que, una vez más, el autor ha dedicado su libro a alguien que no eres tú. No será así esta vez. Porque no nos hemos encontrado todavía/no hemos tenido la ocasión de echarnos una mirada/no estamos locos el uno por el otro/no es tampoco que no nos hayamos visto en mucho tiempo/ni que estemos relacionados de algún modo / quizás jamás nos veremos, pero, confío en que, a pesar de todo ello, pensamos mucho el uno en el otro… Este es para ti. Con lo que ya sabes y probablemente ya sabes por qué.” Neil Gaiman en su libro Los chicos de Anansi.
- “A Dorotea Muhr, ignorado perro de la dicha.” Juan Carlos Onetti, en La cara de la desgracia.
- “Para Álvaro Mutis, que me regaló la idea de escribir este libro”, esta dedicatoria, como otras, es al mismo tiempo un agradecimiento. Es de Gabriel García Márquez, en su libro El general en su laberinto.
- “Para Elvira, que tenía tantas ganas de leer este libro.” Antonio Muñoz Molina, en su libro Plenilunio.
Historia de las dedicatorias
Se conocen dedicatorias tan antiguas como los clásicos romanos (en publicaciones de la antigua Roma).
Durante la Edad Media y el Renacimiento, las dedicatorias fueron a su vez una forma de agradecimiento ya que las publicaciones se dedicaban a los benefactores o mecenas del autor.
Entre los siglos XVI y XVII las dedicatorias era una forma de solicitar apoyo económico y era una práctica tan habitual que las dedicatorias de un único libro podían superar la decena.
También existen desde esa época dedicatorias sin intención de lucro, como las dedicatorias a Cristo o a los santos.
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