Artículo de Opinión sobre la Igualdad de Género

Artículo de Opinión sobre la Igualdad de Género

Romper el techo de cristal

Más de 40 años han transcurrido desde que la feminista Marilyn Loden denunció en un discurso la existencia de un “techo de cristal” que impide el ascenso profesional de las mujeres en el trabajo, y esa sigue siendo una realidad para millones de mujeres en Occidente, especialmente en los países del llamado “tercer mundo”.

Este techo de cristal, invisible como su nombre lo acusa, nos impide a la mayoría de las mujeres alcanzar puestos gerenciales en empresas a las que hemos dedicado la vida y justifica que ganemos menos que nuestros colegas masculinos por desempeñar el mismo trabajo, entre otras situaciones laborales inaceptables pero totalmente naturalizadas por la cultura machista.

Los argumentos esgrimidos para invisibilizarlo son muchos: que las mujeres preferimos dedicarnos a la familia y no al éxito profesional (como si fuéramos un todo homogéneo que piensa siempre igual), lo cual de paso nunca es una elección que condicione el éxito masculino; o que el embarazo ocasiona un retardo en nuestras carreras o incluso que, simplemente, las mujeres no nos esforzamos lo suficiente.

A la hora de opinar al respecto, las consideraciones más asombrosas pueden hacer su aparición ya que, para muchos, cualquier cosa es preferible a revisar el modo en que nuestra sociedad recompensa el éxito profesional.

Jamás he entendido por qué a muchos (generalmente hombres) la denuncia del techo de cristal les incomoda, pero sospecho que tiene que ver con sentirse beneficiarios de esa injusticia. Es decir, que admitir que la competencia profesional entre hombres y mujeres no se da en términos de igualdad es un pensamiento que los intimida, los hace sentir vulnerables, los hace cuestionarse sus propios logros. ¿Alguien puede explicarme de dónde sale esa fragilidad masculina? ¿De dónde sale esa baja autoestima, esa necesidad de justificar la existencia en ser imprescindibles proveedores?

Nuestros compañeros masculinos podrían simplemente reflexionar al respecto, si se dedicaran a mirar a su alrededor. Porque esa es otra de las condiciones tóxicas de la masculinidad tradicional: su egocentrismo, su incapacidad para la empatía, reflejo de una crianza que les extirpa lo más tempranamente posible cualquier sensibilidad emocional. ¿Acaso no tienen hermanas, amigas, madres, novias y conocidas cuyos relatos oyen a diario?

Lo grave del asunto es que el cambio se dará con o sin ellos, pero podría ser mucho más simple, más armónico y más constructivo si son precisamente ellos quienes nos ayuden a romper el techo de cristal, si se asumen parte de un movimiento por la igualdad (no por la superioridad femenina, como muchos parecen creer) cuyo cometido final es lograr una sociedad en la que el éxito sea celebrado, independientemente de lo que uno tenga entre las piernas.

Lógicamente, eso implicaría la renuncia a los propios privilegios, y eso es algo que rara vez en la historia ocurre de manera voluntaria. Podemos entenderlo. Pero de ser así las cosas, compañeros masculinos, tendrán que soportar el ruido de las piedras que seguiremos arrojando para romper el techo de cristal. Y no vengan luego a quejarse si alguna les da por error en la cabeza.

Referencias:

¿Qué es un artículo de opinión?

Un artículo de opinión es un tipo de texto periodístico en el que el autor expone al lector su postura personal respecto a un tema específico. Se trata esencialmente de textos argumentativos, que utilizan la información para promover una perspectiva, o sea, para convencer al lector de que asuma su punto de vista. Por este motivo, suelen estar firmados y ser de índole personal (con la excepción de los editoriales de prensa, en los que se refleja la postura institucional del periódico), ya que el lector puede estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que en ellos se afirma.

Sigue con:



Compartir en Facebook
Twittear