Vencimiento anticipado

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El vencimiento anticipado es la cláusula de un contrato por la cual se puede dar por finalizado el acuerdo bajo ciertas circunstancias, adquiriendo particularmente relevancia en los créditos hipotecarios.

La cláusula de vencimiento anticipado establece que, si se cumplen determinadas condiciones, particularmente el impago de la renta, el contrato queda resuelto. Así, el acreedor solicita la devolución del restante del préstamo.

Es decir, en caso de que el deudor incumpla con el pago de varias cuotas, el banco podría exigir que el contrato venza anticipadamente. De ese modo, si el prestatario no está en la capacidad de reembolsar de todo lo queda del financiamiento, se puede incluso llegar al desahucio (desalojo del inquilino) y proceder con la ejecución de la garantía, que normalmente es la misma vivienda.

Cabe señalar que la cláusula de vencimiento anticipado podría incluirse en cualquier tipo de acuerdo, como los contratos de obra o aquellos laborales. Sin embargo, ha ganado importancia en el mercado de bienes raíces.

Por ejemplo, supongamos que Inés Matos adquiere un crédito hipotecario con duración de 25 años por 150.000 euros. Este incluye una cláusula de vencimiento anticipado en el cual se establece que si se dejan de pagar las cuotas por 6 meses seguidos, el contrato puede quedar resuelto, exigiéndose la recuperación de lo que queda por devolver del financiamiento.

Polémica sobre la cláusula de vencimiento

Se ha generado polémica en relación al posible abuso que podría significar la cláusula de vencimiento anticipado. En algunos casos, se considera que las condiciones impuestas resultaron muy estrictas.

Esto se contrapone con los intereses del acreedor, quien busca no verse perjudicado por clientes morosos.

En todo caso, la idea es que estas cláusulas sean razonables. Es decir, no debe aplicar el vencimiento anticipado, por ejemplo, si el deudor deja de pagar dos de 240 cuotas, pues no representa un porcentaje importante del crédito. Aunque todo depende de la legislación en cada país.

Por ejemplo, en España el Tribunal Supremo determinó en el 2015 que las cláusulas de vencimiento anticipado son válidas, pero pueden ser declaradas nulas en determinados casos.