Toma de decisiones

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La toma de decisiones en una empresa tiene como fin decidir sobre las posibles alternativas de una oportunidad o soluciones a un conflicto de manera que se alineen con los objetivos corporativos.

Todos los días el empresario debe tomar decisiones y una forma eficiente de hacerlo es conocer cómo hacerlo. Para llevar a cabo esta parte esencial de su trabajo debe saber qué sucede, cómo ha surgido, por qué ha ocurrido o qué quiere conseguir. Este proceso es esencial en mercados globales y cambiantes. Por eso veremos algunos aspectos importantes a tener en cuenta.

La toma de decisiones

El primer paso, que a su vez es el más importante, es conocer diversos puntos de vista sobre el problema a resolver. Tener reuniones con los directores implicados e incluso con el resto de empleados (siempre que sea posible) es fundamental. Dicen que cuatro ojos ven mejor que dos y esto, en las empresas, es totalmente cierto.

También hay que analizar el marco económico-legal en que nos encontramos y para eso, necesitamos información lo más completa posible. Eso sí, esta debe ser veraz, útil, relevante y consistente. No creamos todo lo que leemos o vemos y seamos críticos. Tú conoces tu sector, a tus clientes y tus productos o servicios mejor que muchos. Por tanto, si algo no te cuadra es porque puede que no sea cierto.

Además, si bien la experiencia o la creatividad son imprescindibles, la ciencia es tu aliada. En este caso, la estadística se convierte en tu mejor ayudante de campo. Hay que analizar datos, crear gráficos, tablas e informes y contrastar estos con otros similares. Hay que averiguar cuales son los nichos de mercado, incluso las crisis presentan oportunidades.

El plan de decisión

En una empresa la improvisación es parte del trabajo, pero muchas tareas tienen protocolos de actuación necesarios. Decidir también requiere de unos pasos que conviene dar de forma ordenada. Veamos cuáles son:

  • En primer lugar el análisis, para eso nos podemos servir de una matriz DAFO (o FODA). Hay que saber con qué contamos dentro y fuera y cuáles son los posibles problemas.
  • Por otro lado, debemos recopilar la información que necesitemos y como hemos mencionado antes, analizarla con la estadística y herramientas como una hoja de cálculo o programas específicos como SPSS o R.
  • Además, hay que tener claro cuáles son las alternativas y, si es posible, conocer el impacto en nuestra empresa de cada una de ellas. Por otro lado, en este paso conviene tener contacto con todas las personas implicadas.
  • Por último, hay que realizar las actuaciones pertinentes en función de la decisión. No olvidemos la retroalimentación. Hay que crear unos controles que nos informen del éxito o fracaso de las acciones para actuar en consecuencia.

Ejemplo en la toma de decisiones

Imaginemos que somos un periódico, por ejemplo, Nuevalandia. Así pues, tenemos que decidir si publicamos una serie de noticias y de qué modo lo hacemos. Estudiamos el mercado y descubrimos una necesidad, la información sobre un problema (puede ser cualquiera). Ahora toca elegir el camino a seguir.

Para hacerlo, analizamos con qué contamos, medios, personal, técnica, conocimiento. Por otra parte, estudiamos el mercado. Es cierto que existe una alta demanda a ese problema. También sabemos que el público es cada vez más exigente con la calidad de la información. Por tanto, debemos elegir qué nos interesa más.

En este ejemplo «ficticio» consideramos que es la información útil y veraz la que nos permitirá crecer a largo plazo y es acorde con nuestros intereses. La toma de decisiones es sencilla en este caso, abordar periodísticamente noticias sobre un problema e informar a los lectores.