Tipos de hipotecas
Los tipos de hipotecas son los tipos de contratos mediante los cuales un deudor, deja como garantía un bien (generalmente un inmueble), a quien le hace un préstamo (acreedor).
Este contrato, como se muestra, se encuentra ligado a un préstamo. Es decir, el contratante debe abonar una serie de pagos por el préstamo recibido para adquirir una vivienda.
Dependiendo del pago y la cuantía, podemos decir que los tipos de hipoteca son aquellas modalidades de contratación que se ofrecen dentro del mundo de la banca. Estas, como decíamos, dependen de la forma de pago, así como de las condiciones pactadas en el contrato celebrado.
Para ello, podemos clasificar los tipos de hipoteca de la siguiente forma:
- Fija.
- Mixta.
- Variable.
Dentro de cada tipo, existen diferentes modalidades que pueden modificar las condiciones del acuerdo celebrado.
Tipos de hipotecas
Como decíamos, podemos clasificar los tipos de hipotecas de la siguiente forma:
Hipoteca fija
La hipoteca fija es aquella hipoteca en la que, una vez se firma la vivienda y los intereses a devolver a la entidad bancaria, estos no sufren modificaciones en el largo plazo. Es decir, los tipos de interés que se firmaron a la hora de firmar la hipoteca, se mantienen constantes en el tiempo; salvo que, previamente, se pactara algún acuerdo que invalide dicha situación.
El tipo de interés aplicable siempre suele ser mayor al del tipo variable, ya que garantiza que, ante cualquier volatilidad, ya sea por la subida o la bajada de los tipos de interés, las condiciones de la hipoteca se mantendrán intactas. Todo ello, aunque no favorezca a la entidad bancaria.
Hipoteca mixta
Es aquella hipoteca en la que el tipo de interés se mantiene fijo durante un periodo inicial. Es decir, que se mantiene constante durante un plazo, por ejemplo, de un año. Pasando, posteriormente, a interés variable, tras exceder el tiempo pactado en el acuerdo.
La hipoteca mixta es una opción ofrecida por el banco a aquellas personas que, sin querer contratar una hipoteca fija, desean hacerlo por motivos como la situación que presenta la coyuntura económica, o la incertidumbre en el mercado. De esta forma, la persona puede pactar establecer un tipo fijo durante 10 años, siendo, posteriormente, variable hasta la extinción del préstamo.
También puede ocurrir que exista una parte fija y otra variable que depende de cierto indicador sobre los tipos de interés. Por ejemplo, el euribor.
Hipoteca variable
La hipoteca variable es aquella hipoteca en la que el interés varía en algún momento. Es decir, aquella hipoteca en la que los tipos de interés no se mantienen constantes, por lo que la prima a pagar puede sufrir variaciones.
La hipoteca variable, en la mayoría de los prestamos celebrados bajo dicha condición, suele establecerse un plazo inicial en el que, como describíamos anteriormente, se mantiene un tipo de interés fijo. No obstante, este interés fijo, como también comentábamos, es superior al interés variable que, posteriormente, resultará de su aplicación. De esta forma, cuando se aplique el interés variable, las cuotas tienden a reducirse, al reducirse el interés y pasar a variable.
Al ser variable, esta puede sufrir variaciones a lo largo del tiempo. Todo ello, en función de los tipos de interés.
Por otro lado, cuando hacemos referencias a hipotecas de tipo variable, muchas veces suelen ser hipotecas ligadas a activos, como las multidivisa, o sujetas a otra serie de referencias. En este sentido, las variaciones que se produzcan, serán en base a los activos a los que se encuentre supeditada dicha hipoteca.