Tesorero

De esta forma, cualquier persona que se encargue de llevar las cuentas de una empresa, asociación, club de socios o similar, es un tesorero. Es quizá uno de los puestos de mayor responsabilidad, ya que es el encargado de salvaguardar el dinero y de administrarlo. Por tanto, también es responsable de rendir cuentas e informar de todo ello al resto de miembros.

Proviene del latín thesaurarĭus, que era la denominación que recibía el funcionario custodio del Tesoro de reyes y emperadores. Era uno de los cargos más importantes y codiciados, ya que les convertía en la mano derecha de los mandatarios. Además, al manejar los asuntos económicos, eso les daba un elevado poder sobre los demás.

Han recibido muchos nombres diferentes a lo largo de la historia. Desde los llamados «chaty» en Egipto (funcionarios de mayor rango del faraón), hasta los «cuestor» romanos, o los «contadores mayores» de la Edad Media. Pero todos ellos tenían un punto en común, el manejo del dinero y todo lo que eso conlleva.

Las dos vertientes laborales más habituales para este puesto son la pública y la privada. En la primera, puede ser un interventor, encargado del control y fiscalización de gastos e ingresos; o bien un tesorero, que administra y custodia los fondos municipales. Por otro lado, un tesorero en el sector privado suele trabajar para asociaciones o fundaciones, (lo más habitual), pero también para empresas, aunque en estos casos esta tarea suela ser competencia del director financiero.

Normalmente, en ambos tipos de empleo, se suele pedir una licenciatura, grado o similar. En el caso del tesorero público, además hay que acceder al puesto mediante u concurso-oposición. Este tiene un extenso temario económico y jurídico y el examen es considerado uno de los más difíciles de la administración pública.