Tecnología blanda

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La tecnología blanda consiste en el conjunto de métodos y procesos que conforman un material o activo intangible.

En otras palabras, consisten en conocimientos o técnicas que pueden añadir valor según la utilización que se le dé.

Las tecnologías blandas sirven en su mayoría para simplificar procesos o complementar a las denominadas tecnologías duras.

Ejemplos de la utilización de este tipo de tecnologías en el día a día son las estrategias de organización o métodos de trabajo. Por ejemplo, pueden ser las denominadas metodologías ágiles. Por otra parte también lo compondría el conjunto del software, ya que complementa a una tecnología dura como puede ser un ordenador o PC.

Tipos de tecnología blanda

Si tuviéramos que distinguir dentro de las propias tecnologías blandas, podríamos clasificarlas en tres grupos:

  • Tecnología blanda de interacción. Aquí podemos mencionar por ejemplo cualquier tipo de software que necesite la acción humana para poder ser útil: Google, Facebook, Windows, etc.
  • Tecnología blanda de modelos de gestión y administración. Como hemos mencionado antes existen formas de realizar procesos de una forma más eficiente, en la que si se cumplen los patrones necesarios resultaría eficaz: las metodologías ágiles, lean startup o el design thinking son algunos ejemplos.
  • Tecnología blanda de aplicación mixta. Consisten básicamente en herramientas que están diseñadas en base a un software, pero que ayudan a organizar e incluso a potenciar la forma de realizar acciones. Trello o Microsoft Project son muestras de opciones híbridas.

En definitiva, podemos afirmar que si bien los ejemplos expuestos son tecnologías blandas en esencia, diferenciar entre ellas en tipos es posible analizando el comportamiento que posee de cara al usuario y la interacción que necesita para poder funcionar.