Prestatario
El prestatario es el agente económico, individuo o sociedad, que recibe el préstamo una determinada cantidad de dinero. Este se compromete a devolver la misma más intereses junto a una parte adicional por intereses en una fecha de vencimiento fijada.
Habitualmente el prestatario se compromete con un individuo o entidad prestamista a recibir financiación por medio de un préstamo o un crédito, bajo la condición de comprometerse a su reembolso tiempo después teniendo en cuenta una serie de cláusulas inicialmente pactadas.
En ese sentido, podría entenderse también al prestatario como el agente deudor de una suma de dinero recibida por medio de un producto financiero y dirigido a la compra o financiación de un activo.
Como figura complementaria a la de prestatario encontramos la del prestamista, que presta su dinero asumiendo un nivel de riesgo para obtener en el futuro una cantidad mayor y, por tanto, obteniendo un beneficio económico con dicha actividad de crédito o préstamo.
El ejemplo más común en el día a día económico es el del prestatario de tipo hipotecario, ya que se compromete durante gran número de años a devolver un préstamo hipotecario dirigido a la financiación de la compra de su vivienda.
Requisitos exigidos al prestatario
Existen una serie de condiciones que una entidad o individuo en particular deben cumplir para transformarse en prestatario:
- Debe aceptar inicialmente una serie de condiciones establecidas por parte del individuo o entidad prestamista
- Es necesario que sea denominado apto tras una valoración de su solvencia. En otras palabras, debe confirmarse su capacidad de cumplimiento del acuerdo pactado
- Existe una extensa regulación en cada país que fija los límites de los derechos y deberes del prestamistas, creados especialmente para garantizar su protección en el mercado financiero
Otras lecturas del concepto de prestatario
A menudo en el lenguaje económico también suelen definirse como prestatarios a aquellos individuos que mediante un contrato en vigor se convierten en clientes duraderos de un determinado servicio.
Por ejemplo, nos convertimos en prestatarios respecto a la compañía telefónica que nos provee de línea de móvil o Internet.