Patrimonio personal

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Se denomina patrimonio personal a los recursos con los que cuenta un individuo una vez se descuentan los compromisos u obligaciones económicas a los que debe hacer frente.

El patrimonio personal sirve como herramienta de balance o medición de las posesiones con las que cuenta un determinado individuo en un momento determinado. De manera obvia, cuanto mayor es el patrimonio de una persona más fácil es que pueda hacer frente a nuevas obligaciones o responsabilidades de tipo económico.

El conocimiento preciso del patrimonio personal es importante y útil para una persona. Sobre todo, a la hora de saber con exactitud y seguridad si se encuentra en condiciones económicas de acometer nuevos proyectos o compras sin poner en riesgo su posición.

Del mismo modo, el estudio de la evolución del patrimonio personal permite anticipar futuros estados del mismo. Ya que ante los distintos cambios en el entorno económico el patrimonio personal puede cambiar. Solo conociendo en qué momentos nuestro patrimonio personal se ve favorecido podremos ampliarlo. Y aún más importante, solo conociendo los momentos en los que nuestro patrimonio está en peligro podremos protegerlo.

El origen del patrimonio, por otra parte, puede responder a compras o adquisiciones, a cesiones entre particulares o a herencias y sucesiones de carácter familiar.

El patrimonio personal como diferencia entre activo y pasivo

En ese sentido, como activos consideramos el dinero ahorrado o invertido en acciones, depósitos o planes de pensiones privados, futuras remuneraciones en forma de nóminas, bienes inmobiliarios a favor y otros bienes mobiliarios como objetos de valor u obras de arte.

En el lado de los pasivos podríamos identificar las distintas deudas en las que esté comprometido el sujeto en cuestión. Un ejemplo de ello puede ser una hipoteca de vivienda o algún crédito del que haya dispuesto. Es importante en este sentido incluir en el cálculo los correspondientes volúmenes de intereses que van de la mano de dichas obligaciones de deuda.

Distinción entre patrimonio personal y profesional

El patrimonio personal es por ley propiedad privada del individuo. Es decir, es parte de su titularidad. Por el contrario, el patrimonio empresarial corresponde a aquellos recursos destinados únicamente al desarrollo por parte de este de una actividad económica.

En ese sentido, no es lo mismo a efectos fiscales la posesión de una vivienda que de un local comercial con finalidad económica.

Otro ejemplo de ello se da en las sociedades de responsabilidad limitada. En las sociedades de responsabilidad limitada, los socios no responden en caso de problemas financieros, con su patrimonio personal. Es decir, que si hay un préstamo a nombre de la empresa al que la sociedad no puede hacer frente, el patrimonio personal no se ve comprometido. Es decir, queda perfectamente diferenciado del patrimonio profesional.

Claro que existen ocasiones en las que por motivos judiciales las personas deben responder con su patrimonio personal ante obligaciones acarreadas por la actividad profesional, especialmente en situaciones de embargo por activos usados a modo de aval.