Neutralidad impositiva

3 min

La neutralidad impositiva es el suceso que se produce cuando la acción de los distintos gravámenes fiscales no tiene efectos en las decisiones de consumo o producción, así como a la asignación de recursos en una economía.

La neutralidad impositiva, por tanto, es la característica con la que puede contar, o no, un sistema fiscal determinado. Esta característica se pone de manifiesto cuando los distintos gravámenes fiscales que componen dicho sistema fiscal no tienen efectos en otras variables en la economía.

Otras variables que, como se hace mención en la definición técnica, incluyen el consumo privado, la producción, así como la propia asignación de recursos en el sector privado. 

Por poner un ejemplo, podemos decir que hay neutralidad impositiva cuando los impuestos indirectos sobre el consumo no tienen efecto alguno en el consumo registrado. Respecto a lo anterior, diríamos que, respecto al impuesto directo sobre el consumo, existe una neutralidad impositiva.

La neutralidad impositiva en la historia económica

Durante el siglo XVIII, diversos pensadores de la escuela económica clásica hacían referencia a la necesidad de aplicar unos tributos que, deseablemente, no tuviesen impactos no deseados en la economía. Con esto, los pensadores clásicos hacían referencia a la necesidad de aplicar unos tributos que, aun tratándose de impuestos, no tuviesen ningún impacto en las intenciones de los agentes económicos. De esta forma, alcanzando la neutralidad al no entrometerse en las preferencias de dichos agentes.

Estos pensadores trataban de exponer que la imposición de tributos debía alterar en el menor grado posible las preferencias de los agentes económicos, al no provocar en los precios, por ejemplo, incrementos que provocasen una distinta distribución de ingresos. Además, de la misma forma, tratando de que dicha imposición, por el hecho de ser una imposición, no tuviese un impacto en la asignación de recursos.

A esto, teniendo en cuenta el deseo de que el sistema impositivo se mantuviese al margen de las distintas fuerzas económicas, es a lo que se le llamó neutralidad impositiva. 

Desde entonces, dicho concepto ha sido muy defendido por los economistas libertarios. Es decir, aquellos economistas más afines al libertarismo, los cuales abogan por suprimir los impuestos o, de ser posible, alcanzar la neutralidad impositiva. Tratando, de esta forma, que no se produzcan distorsiones por la imposición de determinados tributos.

Crítica a la neutralidad impositiva

La neutralidad impositiva ha sido duramente criticada por diversos economistas. La crítica que se ha hecho no estaba tan fundamentada en lo correcto que sería alcanzar dicha neutralidad o no, sino en la dificultad de alcanzar esa neutralidad en la que los impuestos no tuviesen efectos directos en la economía.

De esta forma, basándonos en esto, muchos economistas han hecho referencia a la neutralidad impositiva como una utopía. Ya que, de una forma u otra, los impuestos son una carga económica que, debido a los gastos del Estado, deben afrontarse de forma obligatoria. De esta forma, debido a la imposición, también concluyen con que dicha imposición tiene efectos en la economía, debido a que es una carga económica que el contribuyente debe financiar, reduciendo su poder adquisitivo y su nivel de renta.