Marcas propias

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Marcas propias son todos los productos que se venden bajo la marca del distribuidor minorista (o detallista).

Estas pueden ser iguales al nombre del minorista (o de su tienda) o un nombre nuevo creado por el mismo.

Características de las marcas propias

Las características de las marcas propias son:

  • Los productos son generalmente distribuidas de manera exclusiva por el minorista.
  • El minorista sigue distribuyendo un conjunto de marcas de productores tradicionales (nacionales e internacionales).
  • Generan una dimensión horizontal en la relación entre productores y minoristas ya que las marcas de este último compiten directamente con los primeros.
  • Generalmente son percibidas por los consumidores como productos de menor nivel de calidad que las marcas tradicionales. Esto lleva a que tiendan a tender un menor precio que las tradicionales.

Margen de las marcas propias

En general, tienden a generar un mayor margen de venta para el minorista que en el caso de que sólo venda los productos tradicionales.

Las razones que explica este fenómeno son las siguientes:

  • Los minoristas con marcas fuertes tienen un mayor poder de negociación con los productores de marcas tradicionales, lo que tiende a aumentar sus márgenes de venta y por ende, sus ganancias.
  • También tienden a aumentar la lealtad del consumidor lo que refuerza su poder de mercado y también su poder de negociación con sus proveedores.

Ventajas y desventajas de las marcas propias

Entre las ventajas que poseen las marcas propias, podemos destacar el hecho de que estas ofrecen ventajas añadidas a los usuarios. Es decir, tienden a incrementar las opciones disponibles para el consumidor a través de ofrecer sustitutos razonables a un menor precio.

Entre las ventajas mencionaremos que el minorista puede reducir la disponibilidad de marcas tradicionales con el fin de potenciar sus marcas. Lo anterior reduce la capacidad de elección del consumidor.

Así, los minoristas no se encargan de vender las de otros minoristas, lo que puede reducir el nivel de competencia en el mercado, empujando al consumidor a invertir más tiempo en sus compras.