Maquinaria

Por tanto, es un activo que pertenece al subgrupo de activo no corriente y por ende, se pretende que su vida útil sea de larga duración.

En el lado del activo las empresas suelen tener de forma proporcional el volumen de activos corrientes y no corrientes con sus equivalentes en el pasivo, es decir, con el pasivo corriente y no corriente.

Con esto a lo que queremos llegar es que normalmente cuando una empresa posee un gran valor en maquinaria u otras partidas del activo no corriente, suele ir relacionado con un fuerte endeudamiento a largo plazo. Es decir, la vida útil del activo es casi siempre como mínimo del tamaño del periodo de amortización del pasivo.

Podemos poner a modo de ejemplo de esta situación la adquisición financiada de un automóvil. De forma regular la financiación de este tipo de adquisiciones no supera los 8 años, aunque el activo pueda llegar a durar 20 años. Esto se debe a que si el propietario decidiera vender el automóvil antes de que venciera el préstamo, podría en teoría cancelar la financiación solicitada con lo obtenido de la venta.

Si nos ponemos en el caso de que una empresa adquiere un tipo de maquinaria se haría tal que así (IVA 21%):

Además terminado cada ejercicio económico, debemos amortizar el valor proporcional que le toque, en función del criterio que hayamos establecido a nivel contable, como pueden ser amortización lineal, por uso, etc.

De esta forma, podemos ver que del valor total de 1.000€ de la maquinaria adquirida, le hemos puesto de forma teórica una vida útil esperada de 10 años, por lo que si dividimos 1.000€ de valor inicial entre los 10 años estimados de uso, da como resultado 100€ de deterioro técnico en forma de amortización.

En otras palabras, al comienzo del segundo año la maquinaria que adquirimos en su momento poseerá un valor contable de 900€.