Máquina de escribir
La máquina de escribir es un dispositivo de carácter mecánico que sirve para imprimir conjuntos de letras en una superficie.
Esta máquina supuso la homogenización de los caracteres y letras de los idiomas correspondientes siendo muy útil a la hora de difundir información específica y de elaborar informes, documentos y similares en un corto periodo de tiempo.
Origen de la máquina de escribir
La invención de la máquina de escribir no se le atribuye completamente a nadie en concreto, ya que fueron multitud de inventores los que contribuyeron cada uno con su aportación y, en la mayoría de los casos, patentándola. El primer indicio de un prototipo parecido a una máquina de escribir data del año 1714, año en el que se patentó en el Reino Unido dicho prototipo por parte del inglés Henry Mill.
Esta máquina se desarrolló de forma exponencial, después de los intentos de varios inventores en su mayoría de origen europeo. Fue cuando los inventores estadounidenses Christopher Sholes, Carlos Glidden y Samuel W. Soulé en el año 1827 crearon la primera máquina de escribir que se llegó a comercializar, aunque de forma bastante limitada.
Luego, no fue hasta que apareció el tipógrafo de la mano del estadounidense William A. Burt en 1829 (año en el que registró la patente), cuando se posibilitó en gran medida el desarrollo posterior de la primera máquina de escribir que poseía una utilidad real a nivel comercial.
Posteriormente, a finales de del siglo XIX y principios del XX, fue cuando realmente las mejoras definitivas llegaron a la máquina de escribir y se empezó a utilizar a gran escala. Las mejoras trataban algunos inconvenientes, como la posibilidad de ver lo que se estaba mecanografiando o la reducción de su gran tamaño inicial (cambiando a un dispositivo más pequeño).
Función y evolución de la máquina de escribir
La función de la máquina de escribir fue clave en el desarrollo industrial y cultural de la época, dejando atrás a copistas (los escribanos modernos) y la limitación de la información especializada. Las más beneficiadas de este invento fueron las empresas y los consumidores minoristas.
Cabe destacar que este invento resolvía el problema de la dependencia eterna de la imprenta, la cual era ideal para confeccionar libros a gran escala, pero no para realizar trabajos cortos y puntuales, cosa que la máquina de escribir cumplía a la perfección.
Tal fue la evolución de la máquina de escribir que se llegaron a desarrollar modelos eléctricos (no electrónicos) a inicios del siglo XX. En lo que respecta al primer modelo electrónico, este data del año 1986 y es de la empresa japonesa CANON, el cual funcionaba con pantalla. Por ello, la gran particularidad del modelo eléctrico es que este se apoyaba en la electricidad para su funcionamiento, pero no tenía pantalla ni elemento digital alguno.
Si bien fue en el año 2011 en la India cuando se cerró la última fábrica de máquinas de escribir, su declive se dio en el auge de las primeras computadoras, las cuales poseían un procesador de texto y se ayudaban de un teclado inspirado en las propias máquinas de escribir. Este invento resultaba ser más portable, eficiente y ágil de utilizar. Luego, se puede afirmar que los teclados actuales de ordenadores, móviles y demás dispositivos están inspirados en la evolución que se fue dando en las máquinas de escribir.