Maldición del ganador

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La maldición del ganador es un fenómeno en el cual el ganador de una subasta o licitación termina ofreciendo una puja mayor al valor real del bien que se adjudica. De esta forma, el que gana la licitación termina perdiendo dinero.

La maldición del ganador ocurre cuando el ganador de una subasta o licitación paga demasiado por un bien o contrato. Este fenómeno puede aparecer en subastas o licitaciones en donde se dan dos características esenciales:

  • El valor del bien o contrato es objetivo e igual para todos los oferentes, pero no es del todo conocido (por ejemplo, pozos petroleros o derechos de transmisión de partidos de fútbol).
  • Las pujas u ofertas se hacen a sobre cerrado por lo que no es posible conocer lo que ofrecen los demás participantes.

Ante esta situación, quienes quieran adjudicarse el bien o contrato deben hacer una estimación del valor y ofrecer una puja acorde. El ganador será aquel que ofrezca la puja más alta.

Cuando algún participante hace una predicción errónea que sobrestima el valor del bien puede caer en la maldición del ganador. Ofrecerá una puja alta y ganará la subasta pero terminará perdiendo dinero o utilidades.

Origen del concepto «Maldición del ganador»

El concepto de maldición del ganador aparece en los años 70´s con las investigaciones de Clapen, Clapp y Cambel quienes estudiaron el comportamiento de las empresas en licitaciones de la industria petrolera y del gas natural.

Además, otros autores han desarrollado experimentos para comprobar la existencia de la maldición del ganador en la práctica. Así por ejemplo, Bazerman y Samuelson comprobaron la maldición del ganador en una subasta de un frasco con monedas con sus alumnos de la Universidad de Boston.

Otro experimento conocido es el que llevaron a cabo Kagel y Levin quienes llevaron a cabo experimentos con estudiantes sin experiencia y también con gerentes de empresas que ya habían participado de algún proceso de licitación anteriormente.

Causas de la maldición del ganador

La causa principal de la maldición del ganador es que los participantes tienden a sobrevaluar el valor real de un bien. Esto puede ocurrir debido a que se carece de información completa y es difícil poder estimar con exactitud el valor de un bien.

Además, pueden influir factores emocionales o presiones externas (por ejemplo, la necesidad de ganar un contrato pronto), entre otros factores.

Cómo evitar la maldición del ganador

Los problemas de estimación no solo pueden aparecer en las personas comunes y corrientes, sino que también en grandes empresas que se asesoran de especialistas. El problema fundamental es que los participantes suelen determinar su puja basándose en su propia estimación. No obstante, esta debería ajustarse a la baja considerando lo siguiente:

  • El promedio de las estimaciones de valor de todos los participantes (en conjunto) probablemente sea muy similar al valor real del bien. Lo anterior quiere decir que algunos participantes sobrestimarán y otros subestimaran el valor.
  • En el contexto anterior, el participante que más sobrevaluó el bien ganará la subasta o contrato.

De esta forma, nuestra estimación del valor debería hacerse de forma condicional al hecho de que ganemos. Esto ocurrirá si nuestra estimación es muy alta y por ende necesitamos rebajarla para no terminar perdiendo dinero.

Cabe mencionar también, que mientras más participantes tengan una subasta, mayor es el riesgo de que algunas estimaciones sean exageradas por lo que debemos ajustar nuestra puja acorde.

Por otra parte, contar con información adicional, que sea desconocida para otros participantes, puede ayudarnos a tener una estimación más certera.

Subastas afectadas por la maldición del ganador

Es importante tener claro que no todas las subastas o licitaciones se ven afectadas por la maldición del ganador. Cuando la valoración del bien a ser adjudicado es privada (no común para todos), el ganador ofrecerá un puja algo más baja que su propia valoración por lo que si logra adjudicar el bien, obtendrá alguna ganancia o al menos no perderá.