Logística inversa
La logística inversa es un tipo de logística que se encarga de la gestión de los residuos o desechos que se generan durante toda la cadena de suministro. Esto, con el objetivo de reciclar o destruir dicho material.
La logística inversa, entonces, puede implicar varias acciones, como la reutilización de bienes sobrantes, la devolución de mercancía (por ejemplo en mal estado) a los proveedores, o la recuperación de envases (como botellas de vidrio).
Igualmente, este tipo de logística se encarga del tratamiento de residuos propios del proceso productivo.
Cabe aclarar además que no existe una única definición de logística inversa. Pero, en lo que suele hacerse siempre hincapié es en la recuperación de elementos que ya han sido utilizados o que fueron el resultado del mismo proceso productivo.
Se le denomina logística inversa porque se invierte el orden o secuencia del proceso logístico que sería el siguiente: recepción de materias primas, entrada de materias primas al proceso productivo, producción, distribución y venta al cliente final.
Ejemplo de logística inversa
Un ejemplo de logística inversa son los servicios de reparación que ofrecen las empresas que venden electrodomésticos. La idea es que, durante un periodo de garantía, el cliente puede solicitar al vendedor que repare el objeto comprado. Esto, siempre que se cumplan ciertas condiciones, principalmente, que no se haya generado un daño atribuible a la acción humana.
Al brindar este servicio posventa, el vendedor puede entones reemplazar ciertas piezas de su mercancía para que esta funcione de manera óptima. De ese modo, se consigue una mayor satisfacción del cliente.
Logística inversa y economía circular
El concepto de logística inversa nos puede hacer recordar a la economía circular. Esta plantea un modelo productivo caracterizado por la sostenibilidad y el ahorro de recursos y fuentes de energía. Los bienes se producen, se consumen, se reciclan, se producen y se vuelven a consumir, entrando en un ciclo de vida circular.
Podemos inferir que al aplicar la economía circular también estamos recurriendo a la logística inversa. Sin embargo, esta última es un término más amplio que abarca prácticas comerciales que no tienen como única motivación el cuidado del medio ambiente. En cambio, puede ser que la compañía solo esté buscando generar mayores beneficios.
Por ejemplo, imaginemos que una firma trata de vender productos que en principio habían sido descartados o devueltos por tener pequeñas fallas. Esto no se puede considerar economía circular porque la firma no está reutilizando los residuos del proceso productivo. Sin embargo, sí estamos frente a un caso de logística inversa.