Liderazgo paternalista

Un entrenador, el primer jefe, hermano mayor o amigo de la infancia puede influir en las acciones de una persona de forma paternalista y convertirse en su mentor. Consecuentemente, llegan a dejar una huella significativa en la forma en que este individuo, a su vez, se relaciona con los demás.

El liderazgo paternalista tiene como principales atributos, ser formador de otras personas. También tiene características docentes y aprovechan el error para practicar un análisis al respecto y así mejorarlo en la próxima ocasión.

Un líder paternalista es también un excelente entrenador, ya que induce a las personas a someterse a experiencias exigentes, analizarlas y volver a practicarlas. Lo hace de forma persistente hasta que se supere completamente y no genere episodios de miedo, desagrado o molestia.

Son personas con mucha experiencia, la cual le permite guiar con propiedad a una, o un grupo de personas. Esta experiencia si bien, generalmente tiene relación con la edad, no es una condición indispensable, ya que puede compensarse a través de vertiginosas experiencias técnicas de las cuales haya sacado lecciones importantes para posteriormente transmitir con nuevos grupos de personas.

Estas características, practicadas hacia un colectivo de personas, generan un impacto en la forma en que estos ven la forma de liderar, por lo que se amplifica entre las personas receptoras de la acción.

Así como se demuestra dedicación por cada individuo, este estilo de liderazgo podría generar dependencia en personas con actitud débil y bajo nivel de iniciativa en sus decisiones, repercutiendo en su vida cotidiana cuando el líder no esté.

Por lo mismo, se debe resguardar muy bien que, así como se lidera, también se generen instancias para entregar el liderazgo y que las personas se sometan a experiencias donde sean ellos los protagonistas de sus decisiones y acciones con los demás.

El liderazgo paternalista se ve con mayor predominancia en la infancia y hasta los primeros años de experiencia laboral. Época donde los empleados absorben con más atención las actitudes de sus jefes y compañeros. Esta podría ser una razón por la que el primer jefe influye mucho en la conducta de los trabajadores.

Un ejemplo muy sencillo podría ocurrir cuando una persona aprende a conducir y durante mucho tiempo no es capaz de controlar el vehículo.

En un determinado momento, llega una persona que no cuestiona sus errores, si no que toma acción por cada uno de ellos, hasta que sean superados. Entiende que la única forma de hacer algo bien, es practicarlo constantemente hasta reducir el error al mínimo.

En síntesis, este estilo de liderazgo promueve el acompañamiento y entrenamiento de otras personas con base en la reflexión y acción, buscando la formación valórica e integral de los individuos.