Henry Ford

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Henry Ford (1863-1947) fue un empresario del sector industrial estadounidense que creó el gigante del automóvil Ford Motor Company. Sin embargo, desde una perspectiva económica, Ford es un hombre especialmente destacado por la creación del sistema de producción en masa.

El papel de Ford en la industria moderna del automóvil es innegable, pues supo comprender las necesidades de consumo de la población general al tiempo que diseñaba un sistema de producción que le permitía abaratar costes.

Orígenes y primeros años de Henry Ford

Nacido en el seno de una familia humilde en 1863 en una granja de Greenfield, en el estado de Michigan, Ford quedó estupefacto cuando contempló por primera vez en 1873 un motor de vapor. Todo ello tendría un gran impacto en un muchacho que comenzó siendo un granjero y que terminó siendo un célebre empresario del mundo del motor.

Su fascinación por la mecánica le llevó a ganarse la vida reparando relojes, donde se labró una buena reputación por su gran pericia en el trabajo. Tras casarse con Clara Bryant regresó a un ambiente rural. Sin embargo, volvería a retomar su pasión por las máquinas al ser contratado como ingeniero por la compañía Edison en 1891.

Un hombre innovador

Su trayectoria ascendente como ingeniero en la compañía Edison le permitió disponer del tiempo y de los suficientes recursos económicos para volcarse en sus proyectos. De hecho, frente a los vehículos de vapor, Ford apostaba por los vehículos de gasolina. Fue así que en 1896 Ford creó el primer prototipo de automóvil.

Pese a tratarse de un medio de transporte innovador, Ford no alcanzaría un éxito inmediato. Y es que Ford priorizaba el perfeccionamiento de sus automóviles antes que comercializarlos. De ahí que varios de sus inversores le abandonasen.

Ford tendría que esperar hasta el año 1903, cuando fundó la Ford Motor Company. El emprendedor norteamericano tenía una idea de negocio en su mente: Crear un automóvil al alcance de las clases medias. Era una meta compleja, pues, por aquel entonces, solo los más pudientes podían adquirir un automóvil.

Para que el automóvil pudiese ser adoptado por la sociedad como el medio de transporte por excelencia, Ford apostó por un modelo estandarizado, que reuniese la calidad necesaria y que se vendiera a precios asequibles. He aquí donde surgió el siempre fiable Ford-T, un verdadero hito en la historia del automóvil y un vehículo al alcance del bolsillo del ciudadano estadounidense medio.

Producción en masa

Producir un automóvil en grandes cantidades y a bajo coste representaba todo un desafío para un industrial como Henry Ford. Para ello, era imprescindible diseñar un proceso de producción verdaderamente revolucionario.

Fue entonces cuando Ford se fijó en los mataderos, donde cada persona se ocupaba de una parte del despiece. De este modo, Ford se percató de que podía trasladar este sistema a la producción de automóviles. Así, sus empleados solo tendrían que ocuparse de una pequeña parte del proceso, logrando cada uno de ellos una gran habilidad y eficiencia en una sencilla parte del proceso productivo.

Como consecuencia de este nuevo sistema de producción, disminuyó el tiempo de fabricación a su vez que cayeron los costes de producción. Gracias a ello, era posible comercializar el Ford-T a precios asequibles para el público general. Este sería el origen del sistema de producción en masa, cuyas cadenas de producción caracterizarían al llamado fordismo.

Un exitoso gigante del automóvil

La gran aceptación del Ford-T entre la sociedad estadounidense aupó al industrial norteamericano al éxito, haciendo de su empresa de automóviles la compañía automovilística más importante de los Estados Unidos y una de las más poderosas a nivel mundial.

Pero Ford no se detendría en su exitoso modelo de negocio, sino que, como empresario innovador, prosiguió con sus investigaciones, lo que le permitió patentar otros 160 inventos.

Desde el punto de vista de la filantropía, Ford tenía su propia fundación, la cual se encargaba de proyectos destinados a garantizar el bienestar de la sociedad.

Llegado 1919, Henry Ford y su hijo, Esdel Ford, se hicieron con la totalidad de las acciones de la compañía. Por su parte, Esdel asumió la presidencia de la empresa tras la retirada de su padre, aunque, con el fallecimiento de Esdel en 1943, Henry volvió a tomar las riendas de la Ford Motor Company entre 1943 y 1945.

Finalmente, un 7 de abril de 1947, Ford terminó falleciendo en Dearborn, Michigan. Sin embargo, la figura de Henry Ford permanece en los libros de historia como uno de los empresarios más destacados del siglo XX y como el creador del sistema de producción en masa.