Grexit
Grexit, resultante de juntar las palabras Greece (Grecia) y Exit (salida), es el término con el que se hace referencia, dentro del ámbito financiero y político, a la posible salida de Grecia de la zona euro. Este hecho hubiera supuesto el retorno a su moneda anterior, el dracma.
El término grexit nació en el año 2012, de la mano de dos analistas del Citigroup (grupo de trabajo encargado del análisis económico de la zona), Willem Buiter y H. Rahbari Ebrahim. Estos estudiaban, por entonces, la posibilidad de que Grecia saliera del euro. Con ello, también las consecuencias que este hecho traería consigo para dicho país y el resto de la zona. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Calude Juncker, lo popularizó al marcar dicho evento como algo a evitar.
La salida de los griegos de la eurozona es una cuestión que fue tomando mayor relevancia tras las imposiciones puestas por la Troika. Todo ello, como resultado del primer rescate económico y financiero que el estado griego experimentó en el año 2010. En plena fase de negociación de las condiciones de devolución de su deuda (incluyendo la quita o condonación de parte de esta deuda) se llegó a plantear en el país heleno la posibilidad de incumplir las condiciones y salir de la moneda única, el euro.
El fenómeno del grexit también significó una importante prueba para la Unión Europea. Pues se enfrentó a una importante crisis de confianza y credibilidad como proyecto económico y social. En lo referente a materia económica, se trataba de una situación complicada debido a que este país suele suponer cerca del 3% del PIB europeo, por lo que prescindir del mismo dentro de la zona única supondría un paso atrás en el camino de la integración europea.
Consecuencias que hubiera provocado a priori el grexit
Por un lado, las consecuencias del grexit para Europa serían:
- Desplome de los mercados.
- Crisis de confianza en la Unión Europea y en su proyecto integrador.
- Ruptura del proyecto de moneda única.
Asimismo, para Grecia se esperarían las siguientes consecuencias:
- Retorno a su moneda anterior, el dracma.
- Devaluación de dicha moneda y la correspondiente recesión económica.
- Problemas políticos e institucionales al no comprometerse a la devolución de las cantidades de los rescates sufridos.
Leer análisis consecuencias del Grexit
Frente a esta situación, la Comisión Europea alertó a Grecia que su recuperación pasaba necesariamente por la correcta cumplimentación de las condiciones económicas impuestas tras el rescate. Condiciones basadas principalmente en el total pago de la deuda y la elaboración e imposición de políticas que ayuden a un mayor control del gasto público. El pueblo griego mostró mediante un referéndum su disconformidad con estas medidas.
Finalmente, Grecia y la Comisión Europea llegaron a un punto de consenso mediante la creación en julio del 2015 del programa del Mecanismo de Estabilidad (MEDE). Mediante esta medida el grexit fue descartado y los helenos se comprometieron a cumplir con una serie de políticas de reforma económica y asistencia de la Eurozona para cumplir con los objetivos marcados anteriormente. Dentro de este programa se incluyeron subidas impositivas y reformas en ámbitos como el de las pensiones o sueldos del funcionariado griego.
El mencionado referéndum quedó así a un lado, ya que el gobierno griego acabó finalmente aceptando la no reestructuración de la deuda, la participación del Fondo Monetario Internacional en el rescate y la privatización y venta de gran número de activos.