Fuga de cerebros

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La fuga de cerebros hace referencia a la migración a países extranjeros de personas cualificadas formadas dentro del territorio nacional.

La fuga de cerebros, también denominada fuga de talentos, ocurre cuando personas con formación académica y profesional elevada emigran a otros países en busca de oportunidades. Principalmente lo hacen por motivos económicos y profesionales.

Esta fuga de capital humano a otros países provoca una pérdida de competitividad del país que la sufre. Suele ocurrir en crisis económicas o en sectores que no tienen crecimiento en el país.

Aunque la fuga de cerebros no tiene rango de edad definido, normalmente tiene lugar entre los más jóvenes. Sobre todo personas que no tienen condicionantes para irse del país. Por ejemplo, cargas familiares, económicas o culturales.

Causas de la fuga de cerebros

Cómo indicábamos al principios, la fuga de cerebros tiene como principal causa la falta de oportunidades. No obstante, existen otras causas. Entre las causas de la fuga de cerebros destacan las siguientes:

  • Falta de oportunidades: La causa más importante es la falta de oportunidades. En realidad es la que engloba todo lo demás. Una persona que tiene una formación superior y que está capacitada para trabajar en puestos de determinado rango, no aceptará cualquier puesto de trabajo. En un país, cuyas empresas, no dan oportunidades a los más jóvenes el capital no tardará en huir a otros países en busca de oportunidades.
  • Motivaciones económicas: Existen casos en los que sí hay oportunidades. Sin embargo, las retribuciones económicas son de una cuantía inferior respecto a otros países. Esto es algo que dependerá del sector y de cómo valore el país a determinados tipos de profesionales.
  • Motivaciones profesionales: Al contrario que en el caso anterior, aunque pueden darse conjuntamente, a veces las retribuciones económicas son adecuadas, pero no hay oportunidad de evolucionar. Es decir, tras varios años no ven siquiera la posibilidad de ascender de puesto o de mejorar las condiciones laborales.
  • Sectores sin inversión: En no pocas ocasiones, ocurre que el sector no recibe inversión en algunos países. Por ejemplo, un científico que quiera dedicarse a investigar sobre determinada materia. Puede que en ese país no existan ayudas o inversores que permitan que desarrolle dicha investigación. O en caso de existir, no tienen medios suficientes. Ver I+D
  • Crisis económicas: Las crisis económicas pueden motivar todo lo anterior. Incluso en países en los que sí hay oportunidades pueden desaparecer de un plumazo durante una crisis económica. Las empresas cierran, los salarios caen y las condiciones laborales, en general, empeoran.
  • Crisis políticas: Por último y no por ello menos importante, existen situaciones de crisis políticas. Situaciones en las que el gobierno no permite que determinados sectores se desarrollen adecuadamente. Así pues, los elimina o los limita. En consecuencia, los profesionales del sector buscan empleo en otros países. En este punto, podríamos añadir también países en guerra.

Consecuencias de la fuga de cerebros

La fuga de talentos supone un gran problema para cualquier país. Normalmente, los países invierten parte de sus presupuestos en formar a la población. El objetivo es recuperar esa inversión en el largo plazo. Por ejemplo, invertir en educar a los más jóvenes para que, en un futuro, esos jóvenes sean más productivos para el país.

Así pues, entre las consecuencias de la fuga de cerebros se encuentran:

  • El Estado pierde el capital invertido. Esto es, no recupera la inversión.
  • No se aprovecha de la productividad de los profesionales formados en la nación.
  • En consonancia con lo anterior, otros países aprovechan dicha productividad gratis. Y, por tanto, el país es menos productivo respecto a otros países.
  • No incentiva que otros profesionales vengan al país. Esto enriquece al país. Al contrario, los profesionales de otros países no se fijan en el país como un posible destino.

En definitiva, la fuga de cerebros no es un buena noticia para ningún país. Todo lo contrario. Sobre todo, si tenemos en cuenta que cuando un profesional sale a otros países, la nación corre el riesgo de que esa persona no vuelva.