Falansterio

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Dentro del ámbito teórico socialista y comunista existe este concepto como modelo de comunidad igualitario perfecto, en el que producción y consumo son realizados por la sociedad de modo equitativo y utópico.

El concepto de falansterio fue desarrollado por el teórico Charles Fourier, que desde Francia se conformó como uno de los pensadores iniciales de la teoría comunista dentro del ámbito del socialismo utópico.

Se trata de núcleos de población que conforman de forma voluntaria un sistema autosuficiente, generalmente basado en el aprovechamiento de los recursos agrícolas y alejándose de la compra y venta de bienes y servicios externos.

A menudo a los falansterios se les conoce también como falange. Por denominación debían suponer la unión de algo más de un millar de personas en una comunidad marcada por la solidaridad y el completo reparto de los recursos, tanto productivos como bienes de consumo.

Características principales de un falansterio

Este concepto concebido en los inicios del socialismo y el marxismo está definido por una serie de rasgos distinguibles:

  • El número máximo de integrantes no debe superar las 1600 personas, según señalaba Fourier en su teoría
  • El concepto de propiedad privada desaparece, siendo absoluto el reparto solidario y equitativo de los medios de los que disponga la comunidad
  • Se identifica con el desarrollo de actividades mayormente agrícolas. Así el falansterio se ubicaría en un entorno rural aprovechando sus recursos
  • En un esquema muy simple, su funcionamiento se asemeja al de una pequeña autarquía
  • Planteaba la no existencia de diferentes clases sociales en la población, ya que los individuos eran capaces de decidir su ocupación dentro de la comunidad libremente

Según Fourier, la aplicación y posterior expansión de este modelo social supondría alcanzar una sociedad global más justa y un nivel de bienestar pleno.

Experiencia histórica del concepto de falansterio

Si bien es cierto que desde su origen este concepto socialista ha tenido representación real en distintas partes del mundo, su aplicación en ningún caso ha conseguido niveles relevantes de éxito.

La industrialización, la emigración a los grandes núcleos urbanos y el fenómeno económico de la globalización han significado desincentivos claros para la expansión de este tipo de comunidades.

Como anécdota, en los años 60 del pasado siglo y con el avance de movimientos de izquierda idealistas como el hippismo renovaron la lectura del concepto de falansterio, especialmente en zonas de EEUU más alejadas de las grandes ciudades.