Explotar
Explotar es obtener o hacer uso de un recurso, aprovechando una condición de dominio o ventaja. Nos podemos referir a la utilización de un bien material disponible en la naturaleza o del esfuerzo laboral de una persona.
En otras palabras, explotar tiene principalmente dos acepciones. La primera es aquella que se refiere a una actividad económica extractiva, por ejemplo, la obtención de minerales. En ese caso, podemos hablar de la explotación de un yacimiento minero.
Tomando este primer significado, también podemos hacer alusión a explotaciones pesqueras, forestales, agrícolas y ganaderas. También, explotar se puede referir a la obtención o aprovechamiento de ganancias de una oportunidad comercial. Por ejemplo, un comerciante puede explotar un nicho de mercado.
Por otro lado, un segundo significado de explotar se relaciona al mercado laboral. Esto es, cuando se contrata a un trabajador por un salario muy bajo o manteniéndolo en condiciones laborales inadecuadas.
En un sentido amplio, se puede entender la explotación como la apropiación de beneficios dentro de un desarrollo comercial.
Explotar en el estudio social
En el campo socioeconómico, explotar está relacionado con el dominio de una clase privilegiada sobre las demás. Así, la brecha salarial entre las clases bajas y altas son muy amplias. Es decir, la mayor parte de la riqueza se concentra en un solo sector de la población.
Igualmente, existen grandes inequidades en las condiciones de vida. Así, pueden existir grandes brechas, por ejemplo, en el abastecimiento de servicios básicos como el agua y la electricidad.
Lo anterior se entiende como explotación porque serían las clases más altas las que, mediante de la precarización de los otros estratos más bajos, obtendrían su riqueza.
Visto de otro modo, los empresarios obtienen beneficios pagando bajos salarios. Además, las ganancias de la empresa se distribuirían de forma muy inequitativa, enriqueciendo principalmente a las accionistas.
Cabe señalar que el término explotar no solo aplica entre personas o en una relación entre empresa y empleado, sino también entre países. Así, desde ciertos sectores se advierte de una explotación de los países industrializados hacia aquellos menos desarrollados.
Esto último puede plasmarse, por ejemplo, en un acuerdo comercial bilateral que contenga condiciones más favorables a la nación con mayores niveles de ingreso. Esto, en perjuicio de su socio que es un país más pobre.