Estructura óptima del capital
La estructura óptima de capital es la distribución más eficiente en el balance de la financiación propia y ajena.
Este término es relativo, ya que no existe una convención generalmente aceptada por la cual se pueda afirmar cuál es la mejor forma de optimizar la estructura financiera de la empresa.
Vertientes de la optimización
La estructura óptima de capital de una empresa depende mayormente de dos factores: el tamaño y el sector económico al que pertenezca. A partir de aquí se deberá estudiar si la empresa se basa en ingresos de rotación rápida de mercaderías o, si por el contrario, posee una rotación más lenta.
Si se tratase de una rotación lenta de activos, se podría decir que un exceso de financiación ajena podría poner en peligro la viabilidad de la empresa.
Por otra parte si la rotación es rápida, teóricamente el uso de financiación ajena se cubrirá al tiempo que se va realizando la actividad ordinaria.
De igual forma si bien es cierto que, a nivel teórico, poseer un peso relevante en el balance en lo que respecta al patrimonio neto denota una cierta salud financiera, las empresas que tienen la posibilidad de conseguir un margen de ingresos mayor que el del coste de la financiación, pueden optar por endeudarse para conseguir mayor margen de beneficio.
Cálculo de la estructura óptima de capital
Si bien no hay una ratio que calcule de forma heterogénea en todas las empresas por igual cómo de óptimo está distribuido el capital, sí existe una ratio que se suele utilizar para calcular la idoneidad del peso entre el patrimonio neto y el pasivo. Esta ratio es el coeficiente de endeudamiento:
Este coeficiente supondrá una buena señal siempre y cuando oscile entre los 70 y 150 puntos. Dependiendo del sector al que se dedique la empresa, deberá compararlo y averiguar la media del mercado. De este modo, podrá saber si está por encima o por debajo. En el caso de estar por encima de la media querrá decir que utiliza más pasivo que la media, si está por debajo que utiliza más recursos propios que la media del mercado.
Para terminar, conviene destacar que cada sector y cada empresa tienen diferentes estructuras de capital óptimas. Además, la estructura también dependerá de las situaciones financieras del entorno. Por ejemplo, si hay inflación, si los tipos de interés están bajos, si hay movimientos políticos que puedan afectar a la empresa, etc.