Elección pública
La elección pública es una teoría que intenta explicar cómo las autoridades toman decisiones políticas buscando su beneficio personal. Esto, en lugar de optimizar el bienestar común.
Lo anterior quiere decir que los gobernantes actúan en base al interés individual. Esto, en vez de maximizar el beneficio de sus representados.
La teoría de la elección pública nos permite entender mejor cómo se forman las decisiones de políticas públicas. De ese modo, los agentes pueden desarrollar predicciones más acertadas.
Origen de le teoría de elección pública
La teoría de la elección pública fue desarrollada inicialmente por James M. Buchanan. Su objetivo fue refutar el supuesto de que los políticos actúan en beneficio de sus electores. Así, analizó las variables o incentivos que influyen en las decisiones de las autoridades.
Cabe destacar que Buchanan ganó en 1986 el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones a la teoría de la elección pública.
Características de la teoría de la elección pública
Entre las características de la elección pública destacan:
- Parte del individualismo metodológico, es decir, el individuo se convierte en la unidad relevante de análisis.
- También se le conoce como «políticas sin la novela romántica».
- Se relaciona, dentro del ámbito de las políticas públicas, con la teoría de la elección social. Esta es una aproximación matemática que intenta explicar cómo el interés individual afecta la decisión del elector. Dicho estudio fue desarrollado por economista Kenneth J. Arrow .
- Buchanan observó que las consecuencias de políticas públicas deben ser asumidas por todos los ciudadanos, y no solo por las autoridades.
- A lo señalado en el punto anterior, se suma que los fondos públicos son de todos los contribuyentes. Por lo tanto, según Buchanan, los ciudadanos deberían tener acceso a mecanismos legales que les permitan supervisar las decisiones de sus gobernantes.
Contraste con la elección privada
La teoría de elección pública nos permite observar cómo difiere de la elección privada. En este último caso, la decisión afecta únicamente el individuo o entidad que la toma. Por ejemplo, imaginemos que una persona compra un coche. Dicha decisión es voluntaria y el vendedor debe aceptar las condiciones de la transacción.
Sin embargo, en las decisiones de políticas públicas, todos los contribuyentes asumen los costes. Por ejemplo, supongamos que el gobierno anuncia la construcción de una nueva carretera. Entonces, realiza un concurso y entrega la concesión a una empresa que, para financiar parte de la obra, impone el cobro de un peaje.
En el ejemplo anterior, podemos observar cómo una decisión de políticas públicas, que seguro contó con el apoyo de un sector de la población, afectó, en general, a todos los ciudadanos que circulan por la carretera a ser renovada.