Edad del Cobre
La Edad del Cobre supone el inicio de la Edad de los Metales. Se denomina así, pues el cobre pasó a ser el primer metal utilizado por el hombre.
Pese a que el cobre fue el primer metal descubierto por el hombre, este aún desconocía los procesos de fundición. Por ello, el cobre era moldeado mediante el batido frío y el martillado.
Los posteriores descubrimientos respecto a la forja y fundición de los metales permitirían al hombre acceder a metales más resistentes como el hierro, logrando así mejores herramientas, armas y utensilios.
¿Cuándo comenzó la Edad del Cobre?
No existen fechas exactas ni unánimes para determinar el origen de las etapas prehistóricas, pues la obtención de los metales y sus técnicas de forjado y fundición no se desarrollaron al mismo tiempo en las distintas civilizaciones.
A pesar de ello, las evidencias arqueológicas parecen apuntar a que el origen de la Edad del Cobre tuvo lugar allá por el 9.500 a.C.
Todo indica que el cobre comenzó a emplearse por primera vez en lugares como Anatolia y el sur del Kurdistán, mientras que las primeras técnicas de fundición y forjado se remontan en torno al 6.000 a.C. El empleo del cobre fundido se expandiría por lugares como Pakistán en el 4.000 a.C. siguiéndole otras zonas geográficas como la India y Oriente Próximo.
Principales características de la Edad del Cobre
Entre los rasgos más importantes de la Edad del Cobre, cabe destacar los siguientes:
- Mejora de la producción agraria como consecuencia de la introducción del cobre en la fabricación de utensilios agrícolas. También se introducen nuevos arados, técnicas de regadío, el abono de la tierra mediante estiércol y surgen más cultivos.
- Avances en la ganadería, gracias a la domesticación de animales como el asno y el buey. Por otra parte, comienza a explotarse la ganadería de cara a la obtención de lana, leche y queso.
- Mayor especialización del trabajo, sobre todo en la artesanía.
- Aumenta el comercio entre los distintos pueblos.
- Avances en la minería.
¿Cómo eran la economía y la sociedad de la Edad del Cobre?
La irrupción del cobre supuso un hito económico para la humanidad. Gracias a ello surgieron nuevas herramientas más consistentes y duraderas, dando lugar a un incremento del comercio, que fue acompañado por avances en la artesanía de la cerámica.
Dentro de esta expansión comercial, resalta el gran peso que tenía el comercio de armas, vasijas y artículos ornamentales. Llegado el 3.000 a.C. el cobre se fundió en grandes cantidades, al tiempo que se conseguían nuevas aleaciones.
Debido al gran peso que tenía la agricultura, resultaron claves avances como la introducción de los arados y la aparición de técnicas agrícolas de regadío. Respecto a la ganadería, fue de gran trascendencia la domesticación del buey y el asno, sin olvidar la obtención de productos como la leche, el queso o la lana.
Mientras el cobre se consolidaba como el metal predominante, la sociedad de la época se caracterizaba por ser una sociedad con unos estratos claramente delimitados, en los que los jefes gozaban de un gran poder. En este contexto se incrementaron los intercambios comerciales y culturales.
Respecto al tamaño de la población, la Edad del Cobre trajo consigo un importante crecimiento demográfico. De este modo, los pueblos de la época se instalaron en asentamientos que, posteriormente, darían lugar a los primeros Estados y ciudades-Estado.
En el plano religioso, la forja y fundición de los metales dieron lugar a nuevos dioses guerreros a los que adorar, quedando atrás a las características diosas maternales del Neolítico.
Sin embargo, el continuo progreso de la metalurgia daría lugar a nuevos metales. Así, el cobre, aleado con estaño, permitía obtener bronce. Este descubrimiento terminó dando lugar a un nuevo periodo denominado «Edad del Bronce», lo cual sucedió en Oriente Medio en el 4.000 a.C. y, en lugares como Asia y Europa, alrededor del año 3.000 a.C.