Economía del paleolítico

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La economía del paleolítico se caracteriza por ser parasitaria, es decir, no había producción, pues se limitaba a actividades como la caza y la recolección.

El paleolítico es un periodo de la prehistoria que abarca desde la aparición del hombre hasta su agrupación en los primeros poblados. Durante esta etapa de la prehistoria, la economía fue depredadora, siendo sus principales actividades la caza y la recolección. Gracias a estas actividades era posible dar respuesta a necesidades como la alimentación, la ropa, el vestido y se podían obtener los materiales necesarios para fabricar herramientas.

Respecto a la caza, hay que resaltar que cobró mayor importancia en las fases más avanzadas del paleolítico. Inicialmente, el ser humano se dedicó a alimentarse de animales muertos, que es lo que se conoce como “carroñeo”. Sin embargo, hubo que esperar a que el ser humano evolucionase físicamente y alcanzase cierto nivel de avance tecnológico para que la caza alcanzase especial relevancia.

Rasgos principales de la economía del paleolítico

La característica principal de la economía del paleolítico es que se trata de una economía depredadora. Como señalamos anteriormente, esto supone que las actividades económicas sean fundamentalmente la caza y la recolección. Una vez explotados los recursos de un territorio, ante la escasez, se producían desplazamientos hacia otras zonas geográficas.

Desde el punto de vista de la tecnología cabe destacar la creación de las primeras armas y herramientas, empleadas para actividades como la caza y la recolección. No obstante, hay que tener en cuenta que, al ser nómadas, no acostumbraban a hacer acopio de grandes cantidades de utensilios. Todo ello tuvo consecuencias sobre el desarrollo tecnológico, pues con un estilo de vida nómada, acumular capital (herramientas y utensilios) era más complicado, circunstancia que hacía más difícil el progreso tecnológico.

En cuanto al comercio, el valor de los objetos dependía de su utilidad. Ello, sin olvidar que el dinero aún no existía como medio de cambio. Por otra parte, hay que tener en cuenta que, para que se produjeran intercambios comerciales, era necesario que no existiesen conflictos entre los distintos grupos.

Desde el punto de vista social, los humanos se establecían en pequeños grupos. La razón de organizarse en pequeños grupos respondía a la necesidad de hacer frente de manera conjunta a sus necesidades. Especial atención merece el tamaño del grupo, pues para los seres humanos del paleolítico, cuanto más numeroso fuese el grupo, menores eran los peligros que debían afrontar. Otra característica a destacar respecto a la organización en grupos es que no se daba una división del trabajo ni tampoco existía una jerarquía.

Hay que resaltar la importancia del estilo de vida nómada de estas sociedades, pues se desplazaban cuando agotaban los recursos de un territorio o si la meteorología les resultaba desfavorable.

Economía y evolución humana

Como indicamos anteriormente, en las fases iniciales del paleolítico, la caza aún no había adquirido una gran importancia. De ahí que homínidos como el Australopithecus y el Homo habilis se alimentasen gracias a la recolección de vegetales y de animales muertos.

Con el Homo erectus, la caza empieza a cobrar importancia, aunque el carroñeo y la recolección continúan siendo las principales actividades. Habrá que esperar al Homo heidelbergensis, al Homo neanderthalensis y al Homo sapiens para el desarrollo de la caza, aunque estos homínidos tampoco abandonarán la recolección. Resulta llamativo que el Homo sapiens y los neandertales descubrieron actividades como la pesca, empleando para ello instrumentos como redes, anzuelos y arpones.