Diferenciación de producto
La diferenciación de producto es una estrategia competitiva que tiene como objetivo que el consumidor perciba de forma diferente el bien o servicio ofrecido por una empresa, con respecto a los de la competencia.
La diferenciación de producto puede basarse principalmente en diversos atributos como calidad, color, tamaño, servicio post-venta, atención especializada, localización, reconocimiento de marca o lujo. Así, cualquier atributo que haga percibir de forma distinta un bien o servicio se considera diferenciación de producto.
Cabe destacar que la diferenciación también tiene un elemento subjetivo. Esto, ya que los consumidores pueden percibir que una cierta marca es distinta a otra basándose no en la comparación de características objetivas, sino en la idea que se hayan hecho de la empresa y su imagen.
Tipos de diferenciación de producto
Existen dos tipos de diferenciación de producto, la horizontal y la vertical:
- Diferenciación horizontal
Se refiere a la diferenciación basada en la variedad. Esto es, en los diversos atributos que pueda tener el producto o servicio. Nos referimos, por ejemplo, al color, textura, tamaño, localización, etc.
Los consumidores no necesariamente estarán de acuerdo en qué producto tiene más valor que otro. Así, todo depende de sus propias preferencias.
Uno de los modelos más conocidos de diferenciación horizontal es el propuesto por Hotelling que supone que los consumidores están distribuidos de manera uniforme a lo largo de una línea recta y los vendedores deben elegir su localización óptima. En este caso, la diferenciación se basa en la localización y los consumidores preferirán un vendedor que se encuentre cercano a ellos a menos que la diferencia de precio sea significativa. El modelo puede extenderse para la diferenciación de atributos distintos a localización.
- Diferenciación vertical
Se refiere a la diferenciación por calidad. En este caso, los consumidores están de acuerdo en qué bienes o servicios tienen una mayor o menor calidad. Los consumidores prefieren mayor calidad a menos. No obstante, no todos estarán dispuestos a pagar el precio.
En este caso, los vendedores deben elegir el nivel de calidad que optimice sus ganancias.