Día de la Independencia de los Estados Unidos
Cada 4 de julio, Estados Unidos celebra su fiesta nacional, conocida como Día de la Independencia. Los estadounidenses conmemoran que, un 4 de julio de 1776, oficializaron su independencia de Gran Bretaña mediante la firma de la Declaración de Independencia.
El Día de la Independencia de los Estados Unidos se caracteriza por ser celebrado con vistosos desfiles, banderas estadounidenses omnipresentes, eventos deportivos y grandes espectáculos pirotécnicos. Sin embargo, para comprender su origen, hay que remontarse al siglo XVIII.
Origen del día de la Independencia de los Estados Unidos
Por aquel entonces los británicos poseían colonias en la costa este de lo que hoy se conoce como los Estados Unidos de América. Las denominadas Trece Colonias compartían unos valores y una forma de organización política muy similar, disponiendo de cierta autonomía. Sin embargo, el mercantilismo británico causó fuertes desavenencias entre los colonos y Gran Bretaña. Y es que, las colonias solo podían comerciar con Gran Bretaña, mientras que el gobierno británico se encargaba de la administración de las propiedades coloniales.
Mercantilismo e impuestos
Precisamente los factores económicos serían decisivos a la hora de producirse el estallido de las hostilidades entre los colonos y Gran Bretaña.
Tras vencer en la guerra de los Siete Años (1756-1763), los británicos habían consolidado su supremacía comercial en América. El conflicto había supuesto una terrible carga para las arcas británicas, por lo que se establecieron una serie de impuestos que causaron un profundo malestar entre los colonos.
Estos tributos gravaban productos tales como el té, los sellos o el café. Sin duda, fueron la gota que colmó el vaso de las Trece Colonias. Los colonos se sentían muy molestos por tener que abonar impuestos y no disponer de ningún tipo de representación política. Estos impuestos gravaban los productos procedentes de Gran Bretaña, lo que favorecía claramente a la Compañía Británica de las Indias Orientales.
La máxima expresión del malestar que ocasionaba el mercantilismo británico y de este tipo de impuestos tuvo lugar en 1773, con el motín del té, cuando en la ciudad de Boston, los colonos lanzaron al mar una cuantiosa carga de té británico. La respuesta británica no se hizo esperar y se enviaron soldados a reprimir los levantamientos, al tiempo que la autonomía política de las Trece Colonias se veía reducida.
Mientras tanto, existía una fuerte división política entre los habitantes de las colonias. Los lealistas apostaban por mantenerse fieles a Gran Bretaña, mientras que los patriotas creían firmemente en desvincularse por completo de los británicos.
También en Gran Bretaña había dos formas de entender el conflicto con los colonos, pues muchos británicos creían en la reconciliación con las colonias, mientras que otros, sostenían que era necesario el uso de la fuerza.
La guerra contra los británicos y la Declaración de Independencia
La tensión no tardó en aumentar hasta hacerse insostenible y desembocar en la guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1775-1783). Si bien los colonos luchaban en un territorio que conocían a la perfección, el ejército británico era una de las maquinarias militares más poderosas del mundo en aquel momento.
En el plano político, Richard Henry Lee encabezó una moción en favor de la independencia. Así pues, los colonos se pusieron manos a la obra y un comité liderado por Thomas Jefferson se ocupó de la redacción de la Declaración de Independencia. Entre los principios que inspiraban esta declaración se encontraban la soberanía nacional, la igualdad entre todos los hombres y el gobierno responsable. Igualmente, la declaración introducía un elemento muy importante, pues se reconocían libertades fundamentales tales como la libertad de imprenta o el derecho a la propiedad.
Si bien la independencia fue aprobada por votación un 2 de julio de 1776, no fue hasta el 4 de julio de 1776 cuando el documento definitivo quedó impreso. No obstante, pese a la Declaración de Independencia, la guerra con Gran Bretaña se prolongó hasta 1783. Finalmente, la victoria en la guerra caería de manos de Estados Unidos, que contó con un decidido apoyo de Francia y España.
Tal es la importancia del 4 de julio que, se considera la Declaración de Independencia como el acontecimiento clave en el nacimiento de la nación estadounidense y, por ello, se conmemora todos los años con grandes celebraciones.