Depósito fiscal

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El depósito fiscal es un régimen aduanero relacionado con los almacenes generales de depósito. Estos locales, ubicados en territorio aduanero, están destinados para el almacenamiento temporal de mercancía hasta su despacho.

Evidentemente, la mercancía almacenada en este tipo de depósito está sujeta a tributación. No obstante, mientras se mantiene alojada en el almacén, se entiende que dichos impuestos no han sido cancelados. Encontrándose así en situación de suspensión temporal de impuesto. Esto, mientras el importador decide el destino que tendrá la mercancía en cuestión.

Características del depósito fiscal

La gestión de estos locales puede estar a cargo de entes públicos, como las aduanas, o del sector privado. Además, mientras la mercancía se mantenga en este lugar puede ser objeto de modificación o destrucción.

Igualmente, este régimen permite mantener la carga en un lugar seguro mientras negocian su comercialización. Dicha mercancía podrá ser importada o exportada definitivamente, reexportada, reimportada, o importada temporalmente. Esto, una vez cancelado los impuestos correspondientes. Además, puede ser objeto de comercialización el total de la carga o una parte.

Por otra parte, el tiempo de almacenamiento que, generalmente, se permite en estos almacenes es de un máximo de 5 años. Sin embargo, este requisito puede variar de acuerdo a la legislación de cada país.

Servicios del depósito fiscal

Los administradores del depósito fiscal ofrecen diferentes servicios comerciales y de logística.

En el área comercial, se encargan de los trámites legales que permiten la comercialización en el mercado local. También, la tramitación de permisos y certificaciones presentes en la legislación de cada país.

En el área logística, se encargan, principalmente, del almacenamiento, carga y descarga de mercancía. Además, se especializan en la manipulación, permitiendo conservar en buen estado la carga, y realizan el control de inventario. Asimismo, hay almacenes que se especializan en la transformación y destrucción de ciertos productos.

Beneficios del depósito fiscal

Asumamos que la Empresa Alfa realiza la importación de un cargamento de vino. Al arribo de la carga, tramita con la autoridad competente mantener la mercancía en régimen de depósito fiscal. Esto puede estar motivado por diferentes razones:

  • No cuenta con capacidad de almacenamiento propio. En estos almacenes tiene la mercancía resguardada.
  • No dispone en el momento del dinero para la cancelación de los impuestos. Es decir, gana tiempo mientras realiza las negociaciones de financiamiento.
  • En su carácter de exportador, no ha logrado negociar contratos con clientes locales pero decidió enviar la mercancía con anterioridad.
  • Requiere liquidez y mantiene la mercancía como garantía.

En general, necesita de un lugar de almacenamiento mientras resuelve qué hacer con la mercancía.

Por lo tanto, puede solventar temporalmente su situación con este régimen aduanero. En este sentido, suspende temporalmente el pago de impuestos y puede obtener financiamiento.

Además, podría contratar servicios como el etiquetado, en caso de requerirlo. Frente a los inconvenientes anteriormente descritos, estos entes ofrecen una solución segura para las empresas.