Demandante

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El demandante es aquella persona o empresa con interés en adquirir un bien o servicio. Ello, con el objetivo de cubrir una necesidad insatisfecha.

La contraparte del demandante es el oferente, quien brinda el producto requerido a cambio de una contraprestación. Así, el precio de la mercancía se fija con base en el poder de negociación de ambas partes, comprador y vendedor.

Características del demandante

Entre las características del demandante destacan:

  • Pueden ser una o varias personas naturales o jurídicas. En el primer caso, nos encontramos frente a un monopsonio. Asimismo, si existen solo algunos pocos compradores, se trata de un oligopsonio.
  • El demandante buscará normalmente maximizar su utilidad optando por el producto que tenga la mejor relación calidad-precio. Dicho de otro modo, el objetivo será conseguir el mayor beneficio tratando de gastar lo menos posible.
  • El mismo bien o servicio puede tener varios tipos de consumidores. Algunos estarán dispuestos a pagar un mayor precio que otros o utilizarán la mercancía para fines distintos.
  • La decisión de compra del demandante dependerá de su restricción presupuestaria. Es decir, de los recursos con los que cuenta. Sin embargo, también se debe tener en consideración el beneficio intangible y subjetivo que puede significar la adquisición del producto.
  • La propensión a consumir puede variar en el tiempo. Por ejemplo, no es lo mismo lo que un individuo estará dispuesto a pagar por una botella de agua luego de correr una maratón que saliendo del trabajo.

Teorías económicas sobre el rol del demandante

Existen dos teorías que se contraponen sobre el rol de los demandantes. John Maynard Keynes les otorga un papel fundamental, sosteniendo que son los consumidores los que incentivan la producción. Por ello, bajo esa premisa, frente una desaceleración económica lo recomendable es que las autoridades tomen medidas para impulsar el gasto, por ejemplo, reducir impuestos.

Sin embargo, según la Ley de Say, es la oferta la que genera su propia demanda. Entonces, mientras se siga produciendo un bien siempre habrá potenciales consumidores para el mismo.