Cuenta ómnibus

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Una cuenta ómnibus es una cuenta de valores en la que todas las acciones y activos de varios clientes se agrupan en torno a una misma cuenta de la depositaria o gestora.

También denominada cuenta global por aglutinar todos los valores de todos los clientes. Las cuentas ómnibus se crean para gestionar de una forma más eficiente ya que consolidan una relación bilateral entre cliente y bróker.

En los diversos países, estas cuentas suelen estar reguladas por organismos públicos dependientes de las Administraciones e indican cuándo puede procederse a la constitución de una cuenta ómnibus, preferentemente cuando este instrumento fuera indispensable para la operación de valores en mercados internacionales y siempre que cumpla ciertos requisitos legales.

Utilización de las cuenta ómnibus

Este tipo de cuentas se emplean prioritariamente en mercados internacionales de deuda pública y por brókeres especializados. El funcionamiento de este tipo de cuentas es el siguiente:

La entidad de valores adquiere una cuenta única a nombre de la propia sociedad y por cuenta de los clientes, pero figurando que corresponde a terceros, por lo que la sociedad puede operar libremente pero certificando que esos recursos son propiedad de clientes para los que trabaja y decide. En esa misma cuenta se verán reflejados todos los movimientos y operaciones que la entidad haga por cuenta de terceros, así como la posible salida de los clientes en el caso de que quieran dejar de operar.

Ventajas y desventajas de la cuenta ómnibus

Las principales ventajas de este tipo de sistema corresponden al ahorro de costes que se produce entre el bróker y el cliente, eliminando intermediarios e incrementando así la rentabilidad. Además, puesto que los valores están a nombre de la entidad, están separados entre pasivos y activos del propio bróker, suponiendo una ventaja en caso de quiebra del bróker, donde el cliente podría recuperar sin apenas problemas al estar respaldados los activos.

La entidad asume los riesgos de las operaciones sin cederles éste a sus propios clientes, lo que mejora el sistema como elemento de cobertura. En este caso y para tal fin, existen plataformas online de inversión colectiva que utilizan las cuentas ómnibus como base de sus transacciones, y en las que supone un ahorro de tiempo y dinero en la gestión de las inversiones.

Claro que también existen desventajas. Si nuestros fondos están en una cuenta global o conjunta, en situaciones de estrés financiero, los brókeres (de forma fraudulenta) podrían utilizar esos fondos para intentar salvar la situación. Es decir, aunque legalmente no pueden hacerlo, existen casos en los que sí se ha hecho. Por tanto, se debe confiar en la buena gestión de nuestro bróker y su buena fé. En el caso de cuentas separadas, por contraposición a las cuentas ómnibus, esto no es posible.

Además, en las cuentas ómnibus, los títulos no son de nuestra propiedad, sino que están a nombre de bróker.

Ejemplo del funcionamiento de una cuenta ómnibus

Por ejemplo, a la hora de comprar fondos de inversión, la comisión de compra en ocasiones varía según la cantidad que se compre.

De manera que si se agrupan varios clientes pueden superar el límite marcado a partir del cual se reducen las comisiones. Suponiendo que a partir de 100.000 dólares se redujera la comisión, si agrupamos al menos 10 personas que quieran invertir 10.000 dólares les saldrá más barato que invertirlo cada uno por su lado.