Cuenta de ahorro

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La cuenta de ahorro es un depósito de dinero a la vista con disponibilidad inmediata. Se caracteriza por estar instrumentalizado en una libreta en la que se recogen todas las operaciones que se realizan.

Para toda cuenta de ahorro es necesaria la firma de un contrato entre una entidad financiera y un cliente para un depósito de dinero a la vista. Se diferencia de la cuenta corriente porque existe una libreta en la que quedarán registradas las entradas y salidas de dinero de la cuenta de ahorro.

¿Qué incluye un contrato de cuenta de ahorro?

Estos son los requisitos que suele incluir una cuenta de ahorro:

  1. Los intervinientes y sus datos personales.
  2. El tipo de firma.
  3. El tipo de interés.
  4. Comisiones.
  5. Periodicidad con la que se abonen los intereses y su forma de pago.
  6. Saldo mínimo.
  7. Posibilidad de la entidad financiera para modificar los tipos de interés y las comisiones.
  8. Cláusula en la que el cliente autoriza la domiciliación de cargos (factura de la luz, agua, impuestos).

Diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorro

Estas son las principales diferencias entre una cuenta corriente y una cuenta de ahorro:

  1. Los saldos de las cuentas de ahorro se remuneran a un tipo de interés superior al de las cuentas corrientes.
  2. Los apuntes de la cuenta de ahorro se realizan en un documento físico, mientras que en la cuenta corriente quedan recogidos a través de extractos.
  3. En ocasiones, algunas entidades financieras exigen la libreta para disponer de la cuenta de ahorro, mientras que en la cuenta corriente basta con identificarse.
  4. No se puede disponer del saldo de la libreta con pagarés.
  5. La cuenta de ahorro no admite descubiertos, mientras que la cuenta corriente sí.
  6. El contrato de la cuenta corriente y el de la cuenta de ahorro son iguales salvo en un aspecto: el contrato de cuenta de ahorro no incluye la cláusula que permite disponer de la cuenta con cheques y pagarés.
  7. La fiscalidad es similar, y ambas son el producto estrella de las entidades financieras porque suponen la forma más rentable de captar recursos para los bancos.