Crisis Vodka
Crisis Vodka fue el nombre dado a la crisis financiera rusa de 1998 a raíz del desplome del precio de las commodities y de la posterior devaluación del rublo.
Características de la crisis del Vodka
Para entender esta crisis, debemos remontarnos a principios de la década de los 90 en Rusia. Un momento histórico en el que se dieron multitud de cambios estructurales y económicos:
- Se pasa de una economía socialista a una capitalista.
- Donde el ordenamiento nacional fue a través de la privatización de empresas públicas.
- La exportación de bienes y servicios basados en materias primas, principalmente petróleo, gas natural, metales preciosos y madera, que representaban el 90% de las exportaciones.
De esta forma, Rusia orientó su economía hacia la producción y exportación de materias primas. Directiva que llega hasta nuestros días y que ha basado su desarrollo al calor de las fluctuaciones del precio de éstas.
Historia de la crisis Vodka
En 1998 los precios de las materias primas más cotizadas a nivel global disminuyeron su precio de forma continua. Todo ello, dejando una estela de países en desarrollo agraviados, así como sumiendo a Rusia en un lastre que paraba su recuperación después de los cambios económicos de inicios de la década.
Estos ingresos de ventas internacionales, casi único sustento de la administración rusa, sumieron al país en un enorme déficit público, aunque no fue la causa fundamental de la crisis, sino que las nuevas empresas y grandes corporaciones privatizadas no pagaban apenas impuestos, reduciendo aún más la operativa de la administración.
Todo ello sumió al rublo en una caída sostenida en el tiempo lo que desembocó finalmente en la suspensión de pagos del país y cierre de empresas.
Decisiones para superar la crisis
Las decisiones adoptadas para paliar la crisis fueron:
- Pedir al FMI un paquete de ayuda que permitiera financiar la administración, reflotar los sectores daños y cambio estructural de la economía.
- Además, se fijó la paridad rublo/dólar en unas bandas cambiarias a partir de las cuales, en caso de depreciación, el Banco Central compraría reservas internacionales y rublos para incrementar el precio de éste.
Rusia tardó años en recuperar las caídas de hasta el 15% del PIB, en buena parte derivadas del incremento del precio del petróleo.