Consumo público
El consumo público es aquel gasto en el que incurre el Estado a través de sus diferentes instancias. Esto, con el objetivo de brindar determinados bienes y servicios a la comunidad.
Es decir, el consumo público permite que el Estado se abastezca de los medios necesarios para ofrecer, o financiar, una serie de productos y servicios al público. Esto, de manera gratuita o cobrando un precio mínimo para cubrir principalmente los costes, pero sin el objetivo de generar ganancias.
Lo anterior se da, por ejemplo, cuando pone a disposición del ciudadano determinados trámites, como el duplicado del documento de indentidad. Para dicha gestión, se suele efectuar un cobro.
El consumo público forma parte del productor interior bruto (PIB). El PIB puede desglosarse en consumo (tanto público como privado), inversión (también dividida en pública y privada), y la resta de las exportaciones menos las importaciones.
Componentes del consumo público
El consumo público puede desglosarse de diferentes formas.
Producido por la propia administración pública:
- Remuneración de los asalariados (R): Pago a los empleados de las entidades públicas.
- Consumos intermedios (CI): Son gastos en bienes o servicios que sirven como insumo para un proceso productivo. Nos referimos, por ejemplo, al pago de alquileres.
- Consumo de capital fijo (CF): Se refiere al desgaste del activo fijo, denominado depreciación. Este es reconocido en la contabilidad, pero no representa una salida de dinero en efectivo.
- Impuestos (I): Son tributos que pagan las propias instancias públicas al realizar determinadas operaciones.
- Ventas (V): Son los ingresos que reciben las entidades públicas por los bienes y servicios que ofrecen. A diferencia de las categorías previamente mencionadas, van en negativo, es decir, se restan. De ese modo, se busca estimar el valor de la producción de las instituciones estatales sin considerar los cobros efectuados.
Adquirido en el mercado:
- Transferencias sociales en especie adquiridas en el mercado (T): Se refiere a los gastos que realiza el Estado para garantizar la oferta de un bien o servicio, pero que no es suministrado directamente por la administración pública. Este puede ser el caso, por ejemplo, de aquellos descuentos en tarifas de transporte público (gestionado por un concesionario) que son cubiertos por el Gobierno.
La fórmula quedaría de la siguiente manera:
Consumo público = R + CI + CF + I – V +T
Consumo versus gasto público
No todo consumo público es gasto público. El primero implica un desembolso que va a satisfacer directamente una necesidad de la población, mientras que el segundo es más general.
Un caso de gasto público que no es consumo público es el pago de intereses por préstamos que adeuda el Gobierno. Igualmente, otro ejemplo son las subvenciones a determinadas empresas o sectores.