Cheque en blanco
El cheque en blanco es aquel firmado por el emisor (librador), pero sin especificar el importe. Así, el tenedor puede anotar cualquier monto de dinero.
Este tipo de cheque implica un alto riesgo para quien lo extiende. Por ello, la persona que lo recibe debe ser de plena confianza.
Características del cheque en blanco
Entre las características del cheque en blanco destacan:
- Siempre figura la firma del emisor, pero nunca el monto de dinero. Los demás datos, como el nombre del beneficiario, pueden o no constar en el papel.
- Sirve, sobre todo, como medio de retribución a un tercero. Este es el caso, por ejemplo, de una persona que necesita cancelar con urgencia un impuesto que se calcula solo al momento del pago. El titular quizás no puede realizar dicho trámite de manera presencial. Entonces, delega la función entregando un cheque en blanco a un amigo o familiar de confianza.
- Como hemos mencionado antes, esta clase de documento conlleva riesgos. Por ejemplo, puede comprometer un importe mayor al que el emisor es capaz de pagar. Eso conducirá a un sobregiro y quizás a la suspensión de los depósitos del librador. Incluso, puede haber consecuencias legales.
- El emisor cuenta con la potestad de denunciar el robo o extravío de un cheque en blanco, pero quizás en ese momento ya sea demasiado tarde y haya sido cobrado.