Cambio organizacional

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El cambio organizacional es una estrategia organizacional que responde a la necesidad que presenta una compañía de realizar cambios. Ello, con el fin de mejorar la gestión administrativa, social, así como técnica de la organización.

Con cambio organizacional hacemos referencia a una estrategia organizacional, la cual puede ser aplicada por una empresa. Esta, como su propio nombre indica, responde a una necesidad de cambio que presenta la compañía, por disfunciones en el desempeño de alguna de sus áreas. Por esta razón, estas estrategias están enfocadas a la mejora de alguna de las distintas áreas que presenta la firma, ya sea en el área administrativa, técnica o social.

Así pues, vivimos en un mundo cada vez más globalizado, y donde los cambios están a la orden del día. El escenario es cada vez más volátil y la resiliencia que deben mostrar las empresas es cada vez mayor, por lo que el cambio organizacional es una estrategia cada vez más presente en las compañías. A través de esta estrategia, las firmas tratan de adaptarse a nuevos entornos, tratando de mejorar en aquellos aspectos en los que, previamente, mostraba debilidades que ponían en peligro la marcha del negocio.

Estos cambios, como veremos más adelante, pueden afectar a una parte o a todo el negocio. De la misma forma, pueden ser aceptados por la empresa, o enfrentar a los propios miembros con la dirección. Y ello, de la misma forma que podemos hablar de cambios graduales o radicales. Estos cambios vienen motivados por disfunciones o un desempeño inferior al estimado en determinadas áreas.

Características del cambio organizacional

Dicho esto, veamos aquellas principales características de esta estrategia para afianzar el concepto:

  • Es una estrategia organizacional.
  • Responde a una necesidad que tiene la empresa.
  • Está basada en la aplicación de cambios en una o varias áreas de la empresa.
  • Estos cambios se promueven con el fin de mejorar el desempeño de dicha área.
  • Es una necesidad, pues puede poner en peligro la marcha del negocio.
  • Este tipo de estrategias pueden ser aceptadas por la empresa, o podrían los empleados mostrar resistencia a este cambio.
  • Los cambios pueden darse en un área específica del negocio, o en todo el modelo de negocio.
  • Estos cambios pueden ser graduales o radicales, en función de la inmediatez de dicha necesidad.
  • La resiliencia organizacional mide, entre otras cosas, la capacidad con la que cuenta la empresa para adoptar estos cambios.

Tipos de cambio organizacional

Una vez conocemos el concepto y sus características, veamos los tipos de cambios que existen:

  • Cambio departamental: Aquel en el que se modifica una unidad del negocio, un departamento, un área determinada, específica, la cual presenta una debilidad o necesidad de cambio.
  • Cambio general: Aquel en el que se modifica íntegramente la estructura de la organización, incluyendo todas las áreas del negocio o departamentos de la empresa.

O también tenemos otra clasificación:

  • Cambio radical: Es aquel cambio que se realiza de forma inmediata, un cambio drástico de toda la organización de la compañía. Este tipo de cambios suelen darse cuando se produce una fusión con otra compañía, cuando es adquirida por otra más grande, o en otras ocasiones que requieren de grandes cambios.
  • Cambio gradual: Es aquel que se introduce de forma gradual, pero constante. A lo largo del tiempo, estos pequeños cambios van incidiendo en la operativa de la empresa, mejorando la gestión y corrigiendo aquellas situaciones que, previamente, eran debilidades.

¿Para qué sirve el cambio organizacional?

El cambio organizacional es una estrategia muy utilizada por las empresas.

Ante una necesidad inminente de que las empresas posean capacidad de adaptación, debido a un entorno cada vez más cambiante, la estrategia de cambio organizacional se vuelve indispensable para que esto sea posible. Así pues, hablamos de una estrategia que permite reorientar nuestro negocio en situaciones poco favorables para la marcha del mismo. Un ejemplo podría ser el de una crisis económica, y una empresa que, basándose en esta estrategia, readapta su estructura ante un escenario completamente distinto al de partida.

Esto es importante, pues, como se suele decir, una retirada a tiempo también es una victoria. En este sentido, un cambio oportuno puede evitarnos muchos costes y tiempo. Debido a que esta estrategia nos permite cambiar el rumbo, si estamos en la vía incorrecta, podremos pivotar y reorientar la marcha. Y ello, evitando una extensión de las pérdidas que, en última instancia, podrían acabar con nuestro negocio.

Por esta razón, es importante tener en cuenta que esta estrategia, así como es importante adoptarla, debe hacerse en el plazo de tiempo más breve posible. En un escenario en el que los tiempos se han acortado tanto, cada minuto cuenta. Por esta razón, es preciso que las empresas sean ágiles, y puedan adoptar estos cambios en un plazo adecuado. De no lograrlo, la competencia, así como el propio mercado, nos echarán del mismo.

¿Quién provoca los cambios en las organizaciones?

Los cambios en las organizaciones, o los cambios organizacionales, vienen motivados por dos necesidades fundamentales:

  • Necesidades internas: Aquellas que surgen con motivo de una disfunción dentro de la organización. Esto, ya sea porque un departamento no rinde plenamente, o porque existen otros motivos de peso que nos llevan a adoptar cambios relevantes. En este sentido, se plantea un cambio en los objetivos.
  • Necesidades externas: Aquellas que surgen por una necesidad que viene del exterior, como puede ser una adaptación dentro de un mercado, la necesidad de escoger nuevos mercados y desechar los escogidos previamente, así como otros motivos que, como la legislación o las circunstancias económicas, pueden generar la necesidad de adoptar cambios.

Ejemplo de cambio organizacional

Imaginemos que tenemos una empresa de zapatos, la cual fabrica su mercancía en España. Esta empresa produce calzado con un material que le permite fabricar a un precio de 5 euros por unidad.

Imaginemos, también, que la empresa comienza a perder competitividad, pues la nueva estrategia de China y su apuesta por la industria textil le lleva a producir el mismo zapato por 1 euro, llegando a España, incluso, con un valor inferior al que los ofrece nuestra empresa. Por ende, la firma española está fuera del mercado.

Así pues, nos damos cuenta de que, descomponiendo nuestro producto, podemos fabricar las suelas de los zapatos a un precio menor al que los fabrica China, pues contamos con más oferta de recursos que el país asiático. Por ello, escogemos cambiar el modelo de negocio, adoptando la fabricación de suelas de zapato, y desechando la fabricación de zapatos terminados.

Esto, como es obvio, genera una serie de readaptaciones y reestructuraciones, pues la empresa ha cambiado por completo, e incluso los trabajadores requieren de una formación específica para seguir desempeñando sus funciones dentro de la compañía.

Esto es un ejemplo de este tipo de estrategia, pues la necesidad de adaptarnos nos lleva a adoptar cambios muy radicales para la supervivencia del negocio.