Cadena global de valor
Una cadena global de valor es el conjunto de actividades necesarias para la producción de un bien o servicio, y que se llevan a cabo en distintas localidades geográficas (regiones, países, etc.).
En una cadena de valor, los eslabones consisten en las distintas tareas que la empresa u organización debe desarrollar para lograr obtener y colocar su mercancía.
Entre los eslabones de la cadena podemos entonces distinguir la obtención de la materia prima y el diseño del producto. Además, se deben realizar otros procesos como la fabricación, la distribución, entre otros, hasta llegar a la venta al consumidor final.
El término global se refiere a que las etapas de la cadena de valor no se realizan en un solo territorio. En cambio, se reparten en distintas naciones, para luego completar el producto final en un solo lugar,
Así, por ejemplo, un ordenador se fabrica en Alemania, pero el 80% de sus partes y piezas son de origen chino. Además, algunos de los programas informáticos necesarios para su funcionamiento se crearon en Estados Unidos.
Con respecto al término valor, este se refiere a que en cada eslabón de la cadena de producción se genera un valor añadido. De ese modo, el producto final es más valioso que la suma de sus componentes o insumos.
Cuando existe valor añadido en un producto, los consumidores estarán dispuestos a pagar más por él que por el conjunto de sus partes por separado.
Origen y desarrollo de la cadena global de valor
Las cadenas globales de valor surgieron con el intercambio y apertura comercial entre distintos países, por lo que tienen una larga historia. No obstante, en un principio eran muy limitadas, pues los costos de comunicación y transporte eran aún muy altos, lo que dificultaba el intercambio y el desarrollo de las relaciones comerciales internacionales.
A partir de la década de los noventa, las cadenas de valor experimentaron un crecimiento acelerado tras la apertura de China, India y otras economías emergentes que ofrecieron mano de obra muy barata. Asimismo, el desarrollo de las telecomunicaciones y tecnologías de información impulsó fuertemente su crecimiento ya que fue factible reducir de manera considerable los costos de coordinación a nivel mundial.
Actualmente, las cadenas globales de valor representan la mayor parte del comercio internacional. En el año 2015, el 66% del comercio mundial consistió en bienes intermedios, servicios, tecnologías y capitales utilizados para la producción de bienes finales en otro país.
Efectos de las cadenas globales de valor
Las cadenas globales de valor generan varios efectos positivos sobre la economía mundial, entre los que se encuentran los siguientes:
- Permiten aprovechar las ventajas comparativas entre los distintos países del mundo. Así, por ejemplo, China puede aprovechar su mano de obra relativamente más barata. En tanto, Alemania puede enfocarse el desarrollo de nuevas tecnologías, donde posee ventaja.
- Reducen los movimientos migratorios: Los trabajadores pueden permanecer en su país mientras trabajan para una empresa extranjera.
- Aumenta la renta de los países menos desarrollados: Las naciones en vías de desarrollo pueden ofrecer mano de obra más barata.
- Permite reducir los precios: Al reducir los costes de producción y fomentar la competencia, las cadenas globales de valor permiten que los consumidores accedan a mejores precios.
Sin embargo, estas cadenas también podrían presentar efectos negativos:
- Las empresas globales tienen la oportunidad de trasladar sus centros de producción hacia países donde la mano de obra es más barata. Esto podría reducir el número de puestos de trabajo disponibles en el lugar donde originalmente la compañía fabricaba sus mercancías.
- Las cadenas globales demandan una fuerte inversión de tiempo y dinero para la supervisión de todos los procesos.